La actividad ganadera es otro de los grandes puntales de la economía argentina, concentrándose esta actividad principalmente en la región pampeana; en menor proporción le siguen el Noreste, Patagonia, Noroeste y Cuyo.
Dentro de la producción ganadera el primer lugar lo ocupan los vacunos, seguidos por los ovinos, el resto involucra ganado porcino, aves, equinos y caprinos, las zonas de cría se localizan en la porción occidental de la región pampeana y en sus áreas marginales, mientras que las de engorde o invernada, se ubican en el Norte de la provincia de Buenos Aires, Sur de Entre Ríos y Santa Fe y Este de Córdoba.
El ganado vacuno lechero se encuentra en el centro y Sur de Santa Fe, que es la zona tambera por excelencia; Este y Sur de Córdoba y centro Norte de Buenos Aires. Dentro de las razas sobresale la Holando Argentina, seguida por la Jersey, Flamenca y Normando.
Las principales razas productoras de carne y de doble propósito son: Shorthorn, Hereford y Aberdeen Angus; en el sector Norte y Noreste del territorio tiene gran importancia el ganado Cebú, especialmente cruzado con otras razas, por su gran resistencia a las altas temperaturas y a las plagas tropicales. En los últimos años se han ido incorporando nuevas razas como Brahman, Charolais, Fleckvieh, Limousin, Pardo Suizo, las Polled (sin cuernos) y Santa Getrudis, entre otras, que han permitido mejorar la calidad y el rendimiento de las carnes, especialmente para la exportación.
El ganado ovino, si bien se encuentra repartido en todo el país, predomina en la región patagónica, localizándose un número considerable de cabezas en las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y La Pampa. Las razas más difundidas en nuestro país son: Corriedale, Lincoln, Merino Australiano y Argentino, Rommey Marsh y Criolla, utilizadas principalmente para producción de lana y carne. A ellas se ha incorporado la nueva raza desarrollada por el INTA en La Pampa, denominada Pampinta, que representa una buena alternativa para mejorar los rendimientos de carne y leche.
La Pampinta es el resultado de la adaptación a la zona pampeana de la raza de leche alemana Ost-Friesisches Milsehaf cruzada con Corriedale, de la que surgió un animal de gran porte, alargado, sin lana en la cara y patas, sin cuernos y de alta prolificidad. Su promoción está encarada por la Estación INTA Anguil, ubicada a 30 kilómetros al Este de Santa Rosa.
En el Noroeste, en la quebrada de Humahuaca, se cría el Karakul, para la obtención de la piel denominada "astrakán". En los ámbitos áridos de esta región se crían también llamas y vicuñas, en particular para la producción de lana.
Los porcinos presentan su más alta concentración en el Norte de Buenos Aires, centro y Sur de Santa Fe y el Sur y Este de Córdoba, en coincidencia con el área maicera y la ubicación de usinas de industrialización láctea; siendo las razas predominantes: Duroc Jersey, Hamshire, Poland China y Berkshire.
El ganado caprino, rústico y sumamente adaptable a condiciones adversas de clima y relieve, se presenta distribuido en la región semiárida y árida de nuestro país, especialmente en el centro y Oeste, encontrándose las mayores majadas en Santiago del Estero, Neuquén, Mendoza, Córdoba, San Luis y La Rioja; siendo ésta también, el área propicia de cría de ganado mular y asnal; mientras que los caballos presentan su mayor concentración en las provincias llanas del centro y el Este.
Dentro de los animales de granja se destaca la producción avícola, cuya principal zona de localización se encuentra en la llanura pampeana, especialmente las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, especializándose la primera en la producción de pollos parrilleros, y la segunda en huevos y ponedoras destacándose las áreas de Crespo, Colón y Concepción del Uruguay.
En esta actividad se incluyen tanto la producción de pollos (la principal), como de otras aves de corral: patos, pavos, gansos, codornices y faisanes, entre otras, presentando distintas razas según su destino.
La apicultura constituye otra actividad económicamente interesante, al punto que nuestro país se convirtió en el segundo exportador mundial de miel.
Si bien la distribución de colmenas se observa en todo el país, se concentra en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y el Sur de Entre Ríos, existiendo zonas de fomento, en particular en Río Negro y en las zonas frutícolas del Oeste árido, donde su introducción ha provocado aumentos en la producción de frutas debido a su función polenizadora.
También se incluye dentro de los animales de granja, la cría de conejos (cunicultura), así como de chinchillas y nutrias, fundamentalmente para la obtención de pieles finas, aunque también es utilizada su carne.