La palabra satélite es del latín satelles que significa "acompañante", y se refiere a un cuerpo natural o artificial que orbita alrededor de otro, en astronomía un satélite es un cuerpo material, natural o artificial, que gira alrededor de un planeta, en una órbita definida.
La Luna es el único satélite natural de la Tierra. Con un diámetro ecuatorial de 3474.8 km, es el quinto satélite más grande del sistema solar, mientras que en cuanto al tamaño proporcional respecto a su planeta es el satélite más grande: un cuarto del diámetro de la Tierra y 1/81 de su masa. Es, además, después de Ío, el segundo satélite más denso. Se encuentra en relación síncrona con la Tierra, siempre mostrando la misma cara hacia el planeta. El hemisferio visible está marcado con oscuros mares lunares de origen volcánico entre las brillantes montañas antiguas y los destacados astroblemas.
A pesar de ser, en apariencia, el objeto más brillante en el cielo después del Sol, su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón. Su prominencia en el cielo y su ciclo regular de fases han hecho de la Luna un objeto con importante influencia cultural desde la antigüedad, tanto en el lenguaje como en el calendario, el arte o la mitología.
La Luna y su influencia en las mareas
La gravedad del Sol y, sobre todo, la de la Luna, atraen el agua de los océanos y su influencia provoca las mareas. Donde más se nota la marea es en las playas, mejor cuanto más llanas, ya que la línea de la costa puede llegar a avanzar o retroceder muchos metros.
La Luna atrae el agua que está más próxima a ella. Así, la parte del océano que está de cara a la Luna se abomba hacia ella. En su punto de máxima altura se llama pleamar y en el de mínima, bajamar. Las mareas se producen por un desequilibrio gravitacional que descompensa los océanos a lo largo del planeta. La luna no "tira del agua" hacia arriba; si fuese así, también habría mareas en los estanques, lagunas y piscinas.
Las mareas no sólo se producen en el lado de la Tierra encarado a la Luna; en el lado opuesto, el agua se abomba en sentido contrario. ¿Por qué? Por la inercia. La Luna atrae a toda la Tierra, además del agua. Lo que pasa es que la tierra es rígida y no se abomba. La inercia se resiste a la gravedad y tira en sentido contrario. Por eso el océano del otro lado de la Tierra también se abomba, aunque menos. El abombamiento del océano hace que en la costa se vea cómo el agua del mar se retira y vuelve varias veces al día.
El Sol también atrae el agua de los mares y océanos, pero en menor medida que la Luna. Aunque su gravedad es mayor, al estar más lejos, influye menos. El Sol produce mareas más débiles.
Las mareas no se producen siempre a la misma hora, todos los días, varían con las fases lunares, ya que la Luna aparece en el cielo a distintas horas.
La altura de las mareas también varía, y no es la misma en todos los lugares. En las fases creciente y menguante, son más pequeñas y se llaman mareas muertas. En cambio, cuando hay Luna nueva o llena, el Sol, la Luna y la Tierra se alinean, y las mareas son mayores. Se llaman mareas vivas. Las mareas altas son entonces muy altas y las bajas, muy bajas.
Las mareas más vivas se producen en Luna nueva, ya que la gravedad de la Luna y del Sol tiran en la misma dirección, y se suman.
Los satélites artificiales nacieron durante la guerra fría entre Estados Unidos y La Unión Soviética, que pretendían ambos conquistar el espacio. El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanzó el primer satélite artificial, el Sputnik 1. Desde entonces, alrededor de unos 8.900 satélites han sido lanzados por más de 40 países. Según una estimación hecha en 2018, unos 5000 permanecen en órbita. De ellos, unos 1900 estaban operativos, mientras que el resto ha cumplido con su vida útil y se han convertido en basura espacial.
Tipos de satélites artificiales
Se pueden clasificar los satélites artificiales en dos grandes categorías: Satélites de Observación y Satélites de comunicaciones. Entre los satélites de Observación se incluyen todos aquellos que recopilan datos y los envían a la tierra para su uso. Una gran cantidad de satélites en esta categoría toman fotografías de la propia tierra (o el cuerpo al cual orbitan), usando diferentes longitudes de onda. Pero también incluyen muy diversos campos de observación, como fotografía u observación astronómica, detectores del ambiente espacial (rayos cósmicos, viento solar, magnetismo), y otros campos.
Entre los satélites de Comunicación se incluyen los usados para retransmisión de señales de un punto a otro de la tierra, facilitando las comunicaciones y la difusión. Este es el uso más comercial de los satélites e incluye cobertura a radio, televisión, internet, telefonía y otros usos. Sin embargo, también es usual clasificar los satélites por su finalidad específica, y también por el tipo de órbita que describen:
Satélite geoestacionario
Los satélites geoestacionarios son satélites artificiales que se encuentran en órbita sobre el ecuador terrestre, con la misma velocidad angular que la Tierra, es decir, permanecen inmóviles sobre un determinado punto sobre nuestro globo. Un solo satélite geoestacionario puede proporcionar comunicaciones confiables aproximadamente a un 40 % de la superficie terrestre. La velocidad orbital de los satélites geoestacionarios que circundan la Tierra es de aproximadamente 10 900 kilómetros por hora.
Basura espacial
La basura espacial es un término para designar objetos artificiales difuntos en el espacio, principalmente en la órbita terrestre, que ya no cumplen una función útil. Esto puede incluir naves espaciales no funcionales, etapas abandonadas de vehículos de lanzamiento, escombros relacionados con la misión y escombros de fragmentación.
Los ejemplos de desechos espaciales incluyen satélites abandonados y etapas de cohetes gastados, así como los fragmentos de su desintegración, erosión y colisiones, como manchas de pintura, líquidos solidificados por desintegración de naves espaciales, partículas no quemadas de motores de cohetes sólidos, etc. Los desechos espaciales representan un riesgo para las naves espaciales.