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En
San Isidro fallece el General Juan Martín de Pueyrredón.
También
muere en Boulogne Sur Mer (Francia) el General José de San Martín libertador de la Argentina, Chile y Perú.
Finaliza
el conflicto con Francia al firmarse una convención de paz: el bloqueo
al puerto de Buenos Aires. Sarmiento prosigue infatigable su labor literaria y dos nuevos
libros nacen en Chile: "Argirópolis" y "Recuerdos de Provincia".
En su paciente espera de que el dictador de Buenos Aires cumpla
su ciclo, Justo José de Urquiza continúa en Entre Ríos su labor progresista.
Este año instala el primer sistema completo de agua corriente que
conoce el país. Rosas es designado nuevamente Gobernador de la provincia de Buenos Aires. |
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Juan Martín
de Pueyrredon, en la época en que era director supremo. |
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Se
nota también algún cambio en Buenos Aires. Comienzan a construirse
edificios con influencias de estilos europeos. Se abandonan las
proporciones y características de la época colonial - proporciones
altas, el molduraje, la decoración, los balaústres, las rejas de
gran tamaño - entrándose de lleno a otro tipo de construcción más
simple y fuerte. En los parques y jardines se plantan palmeras,
las que llaman la atención a los porteños que no han salido de la
ciudad. Es también el año de una segunda generación de románticos,
entre los que sobresalen Guido y Spano, Andrade y Obligado. |
Con
el levantamiento total del bloqueo al río de la Plata, el comercio
mayorista - 34 casas inglesas y 14 españolas y criollas - ven llenar
de nuevo sus depósitos. Se intensifica el tránsito de tropas de
carretas hacia Santiago del Estero y Tucumán, al igual que las que
se dirigen hacia San Nicolás, Rosario y Córdoba. Este servicio cumple
una misión fundamental de comunicación. Las carretas son verdaderos
mastodontes en los que cabe mucha mercadería. Todo un árbol se emplea
para su construcción. Va cubierta con cueros de vaca y cerrada por
tres lados, menos el de adelante, donde se ubica el carretero. Esta
enorme cuba de madera es arrastrada por tres yuntas de bueyes. Las
caravanas se componen, generalmente, de 10, 15 y 20 carretas y un
hombre a caballo que las va escoltando, ordena el movimiento de
la tropa, elige la ruta favorable y organiza los campamentos. Los
comerciantes las fletan como si fueran barcos, con carga de maderas, lana, frutas y cueros hacia sus consignatarios de
Buenos Aires, y desde la ciudad regresan colmadas de paños, licores
o muebles. Son la prolongación -en un enorme país que sólo tiene
un puerto habilitado al mundo - de los muelles del Havre y Liverpool. |
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Medios
de transporte en la época de Rosas. |
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Tantos años
en guerras había atrasado tecnologica y economicamete al
país. |
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Estos convoyes no hacen más de 5 ó 6 leguas diarias. Cuando se hace
la noche se detienen junto a un pastizal, tomando dos clásicas precauciones:
la de evitar a los indios y a los tigres. Forman en círculo y dos
hombres ofician de centinelas. En la ciudad acampan de igual forma.
Generalmente en las plazas, de donde no salen los carreteros por
ser de temperamento poco inquieto. Viven en la carreta: durante
el día cargándola o descargándola, por la noche usándola para dormir.
Los carreteros suelen viajar con sus mujeres, quienes les sirven
el mate o les preparan el asado de cordero.
Buenos
Aires sigue siendo una isla. Las líneas telegráficas llegan tan
sólo hasta la localidad de Moreno, en la provincia de Buenos Aires.
Pero algo cambia este año: el alumbrado a aceite es suplantado por
el de petróleo. Los faroles con este combustible son encendidos
a las 20 y apagados a medianoche. La tarea nocturna queda luego
en manos de los serenos, quienes ofician no sólo de vigilantes sino
también de anunciadores del tiempo. "las 12 han dado y lloviendo"
o "Las 3 han dado y nublado", son gritos que los porteños
suelen escuchar de pronto junto a sus ventanas. |
El
país es una gran llanura apenas pespunteada por alguna población.
En las 200 leguas que separan a Rosario de San Luis, por ejemplo,
sólo se levanta una media docena de aldeas de 200 a 500 habitantes.
Entre ellas, Cruz Alta, Fraile Muerto, Villa del Río IV y San José
del Morro son las principales. Acosados constantemente por el indio,
sus vidas se desenvuelven con escasos recursos. No les faltan alimentos,
pero el aislamiento es total, salvo el que rompen las paradas. Hasta
los casamientos se realizan de posta en posta, ya que los mensajeros
efectúan también el servicio de "recaditos" entre una aldea
y la próxima. Las mensajerías son esperadas como la lluvia. Delante
de ella corre una tropilla de caballos que sigue la campanilla de
una yegua madrina que conduce algún postillón. Son los caballos
de refresco. Cuando pernoctan en alguna posta se les prepara puchero
o asado, y camastros de emergencia. Parten al alba, cuando el grito
del capataz, "Arriba, arriba señores", sacude la modorra
de los viajeros. Así se viaja en la Argentina de 1850. |
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Faena de
un animal en un saladero. |
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