Fidel Castro fue llego a Argentina apenas cuatro meses después del triunfo de la revolución, Cuba era parte de la OEA, la administración de la isla no se había declarado socialista y su figura era hasta simpática para sectores que años después lo aborrecieron.
El 1 de mayo Fidel Castro arribó al Aeropuerto de Ezeiza, y Hermes Quijada fue el primero en darle la bienvenida en nombre del presidente Arturo Frondizi.
Inmediatamente llegó a Buenos Aires, y al día siguiente brindó un famoso discurso de noventa minutos ante la Comisión de los 21 de la OEA en el 9° piso de la Secretaría de Industria. En ese encuentro nacería el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Castro en su discurso elogío la democracia estadounidense, que había acogido a inmigrantes latinoamericanos con decoro.27 Un grupo de manifestantes recibió al líder de la revolución cubana.
En el encuentro Fidel Castro vestido de un verde militar que chocaba con el azul mayoritario de los trajes de cancilleres y delegados, Castro se permitió una mezcla de ironía y ambigüedad: “Si nosotros estamos sinceramente preocupados de que nuestros países vayan a caer en una dictadura de izquierda, justo y honrado es que mostremos igual preocupación por que los pueblos no caigan en manos de dictadores de derecha”.
Estaba alojado en el Alvear Palace Hotel y debió responder en una conferencia de prensa varias veces las consulta sobre si había comunistas “infiltrados” en su administración.
La visita de Fidel Castro no fue bien vista para los militares argentinos y le hicierón un planteamiento sobre el tema..
Durante la Conferencia de la OEA, reunida en Punta del Este en enero de 1961, el Canciller argentino Miguel Ángel Cárcano se opuso a la exclusión de Cuba del sistema interamericano. Tras la conferencia, Frondizi recibió a Ernesto Guevara, representante argentino desde Cuba, en la residencia de Olivos.
Si nosotros estamos sinceramente preocupados de que nuestros países vayan a caer en una dictadura de izquierda, justo y honrado es que mostremos igual preocupación por que los pueblos no caigan en manos de dictadores de derecha. Porque, en definitiva, ése es el verdadero ideal democrático, lo que América latina quiere, lo que América latina aspira. Porque a los pueblos les mostremos una cara del mal y les ocultemos otra cara igualmente fea del mal Fidel Castro, 1959.
Cuba ya estaba siendo gobernada por Fidel Castro para 1960, pero declaró su adhesión al socialismo recién en 1961.
En mayo de 1959, el entonces presidente Arturo Frondizi recibió a un joven Fidel Castro, cuatro meses después de la revolución cubana hasta ese momento Cuba no era socialista y pertenecía a la OEA .Las presiones norteamericanas lanzaron a Cuba a relacionarse con la Union Sovietica a fines de 1961.
Fidel Castro de visita oficial en Buenos Aires, en mayo de 1959. En la foto de izquierda a derecha Julio Aurelio Amoedo embajador argentino en Cuba , Fidel Castro , Arturo Frondizi y el ministro de relaciones exteriores Carlos Florit.
El presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy deseaba que Argentina fuese el mediador entre Estados Unidos y Cuba en el conflicto de la «crisis de los misiles», ya que estos dos países vivían un enfrentamiento muy grave motivado por el temor que tenía Estados Unidos a que Cuba pudiese tener a su disposición armas nucleares provenientes de la Unión Soviética apuntando hacia su territorio. De ahí que se alentara a petición del presidente estadounidense a que se celebrase una reunión entre Arturo Frondizi y Ernesto Guevara para que se tratase el espinoso tema además de que se intentara encaminar las relaciones entre los dos países después de que los estadounidenses fracasasen en invadir la isla de Cuba.
Jorge Carrettoni, quién había sido diputado por la Unión Cívica Radical Intransigente y ahora ejercía como asesor del Consejo Federal de Inversiones y tenía enlaces directos con el Gobierno argentino, se entrevistó en Punta del Este con Guevara, cuando éste estaba participando de la IV Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de la OEA para motivar una reunión con el presidente argentino. A las 4 hs de la madrugada del 18 de agosto de 1961 Frondizi se entrevistó en persona con los oficiales de la Casa Militar de guardia en Olivos, les ordenó a los tenientes de fragata Emilio Filipich y Fernando García que se dirigieran al aeródromo de Don Torcuato, ordenó la custodia del visitante, pero sin decir de quien se trataba.
Jorge Carrettoni tenía órdenes del Presidente de no ir en el mismo avión con Guevara. Cuando Carrettoni y Guevera estaban por abordar el avión Piper a las 6:15 h de la madrugada del 18 de agosto de 1961:
Mi instrucción establecía que Guevara debía viajar solo: entonces, cuando le extiendo la mano para despedirme en la escalerilla del avión, Guevara me responde:
— ¿Usted no viaja?
— No. Esas son mis instrucciones.
— Entonces yo tampoco viajo.
Y dando media vuelta se alejó, temiendo seguramente que se tratase de alguna trampa tendida por la CIA o por algún otro enemigo. Recordaría que su gran amigo Camilo Cienfuegos había muerto en un sospechoso accidente aéreo. Yo sentí que el mundo se derrumbaba y que la trabajosa operación estaba a punto de fracasar, por lo que opté por transgredir mis instrucciones y subir al avión. Jorge Carrettoni.
El avión Piper aterrizó a las 10:30 de la mañana del 18 de agosto en el aeropuerto de la localidad de Don Torcuato en la provincia de Buenos Aires, y Jorge Carrettoni fue el primero en bajar de la aeronave. En un principio los militares presentes pensaron que Carrettoni era el sujeto en cuestión, pero él les aclaró que no era así, y cuando Guevara bajo del avión, literalmente dejó boquiabiertos y paralizados del asombro a sus escoltas, a tal punto que accidentalmente dejaron caer sus aguantes al piso.
En tierra había dos Peugeot 403 negros de la Presidencia de la Nación Argentina que rápidamente lo transportaron a la Quinta de Olivos.35 La caravana de autos ingresó a la Quinta de Olivos en el partido de Vicente López a las 11:00 de la mañana, y el Presidente recibió a sus visitantes en la galería, y tras un apretón de manos los dos se dirigieron solos a un cuarto, Arturo Frondiziles dijo a Jorge Carrettoni y Aja Castro que la reunión sería sin testigos.36 Según el mismo Frondizi la reunión duró alrededor de setenta minutos, los hombres tomaron café y debatieron plácidamente. Ernesto Guevara mantuvo su postura antiestadounidense, y también su opinión de que un país no debería contar con ayuda económica de Estados Unidos, argumentando que la potencia capitalista siempre ganaría, a través de su prestación económica y enorme influencia política en el país afectado. El presidente Frondizi expresó, por otra parte, su preocupación por el camino que estaba tomando la política de Cuba hacia el socialismo, y también le confesó a Guevara que tenía preocupaciones de que Cuba ingresase en el Pacto de Varsovia. Sin embargo, el líder cubano lo tranquilizó informándole de que eso no iba a convertirse en realidad. El periodista Hugo Gambini en su biografía que escribió sobre Guevara explaya sobre la versión que dio Frondizi del encuentro:
Guevara me escuchó y accedió a examinar el problema sobre la base, que yo le propuse, de que Cuba no insistiera en querer exportar su revolución a otras naciones del hemisferio. Sin embargo me dio su opinión sobre América Latina afirmando que, aun sin influencia o injerencia cubana, la revolución era inevitable pues estaban cerrados los caminos de la evolución pacífica.
Terminada la entrevista Frondizi se dirige al teniente Fernando García y le indica que le debe garantizar la salida de Guevara del país, no sin antes llevarlo a ver a una tía, minutos después Frondizi se retira a la Casa Rosada y Guevara se queda hablando con los presentes, entre quienes estaban la esposa del presidente y su hija. De vuelta en el aeropuerto el piloto del avión esperaba a sus pasajeros. Los escoltas, los tenientes Fernando García y Emilio Filipich, acompañaron a Guevara hasta el pie del avión, y el líder cubano brindó palabras de agradecimientos a sus dos custodios, y a los pocos minutos el avión cruzó el Río de la Plata. En Uruguay un avión lo esperaba para llevarlo a Brasil en donde se vería con el presidente Janio Quadros.40 La reunión trascendió públicamente cuando Guevara dejó el país.
La reunión entre el presidente Arturo Frondizi con el Ernesto Guevara provocó que veinte días después renunciara Adolfo Mugica de su cargo de ministro de Relaciones Exteriores y Culto el 29 de agosto de 1961. La actitud de Frondizi ante la Revolución Cubana de 1959, junto con la visita de Fidel Castro y Ernesto Guevara terminó debilitando la relación del Gobierno con el poder militar, más aún de lo que ya estaba.41 El ejército protestó formalmente ante estas reuniones con los líderes cubanos, y presionó al presidente para cambiar su política con respecto a Cuba. Exiliados cubanos en Buenos Aires intentaron fraguar documentos con la intención de implicar a miembros del Gobierno en un supuesto complot castrista. Frondizi ordenó una investigación, y hasta el propio informe del ejército, el famoso caso de las «cartas cubanas», no era más que una mentira. Frondizi brindó un discurso por cadena nacional para intentar brindar explicaciones.
Varias décadas después, Oscar Camilión reflexionó al respecto que:
No tenía por qué haberlo recibido a Guevara, fue un error político. Yo era su secretario de Relaciones Exteriores y estaba en Punta del Este gestionando una entrevista de Guevara con el delegado de Kennedy, que se concretó finalmente. Pero jamás se me hubiera ocurrido traerlo a la Argentina porque no agregaba nada, y porque iba a producir una agitación muy grande en el medio militar, era un costo político interno muy alto. Oscar Camilión,.
La Marina tenía la responsabilidad de la custodia presidencial, posición que conservó hasta el golpe de Estado que derrocó al Presidente y en su lugar asumió José María Guido, momento en el que cambió la guardia y pasó a manos de la Policía Federal. La noche del 17 de agosto del ’61, Frondizi convocó vicealmirante Fernando García, como el custodio del "Che" Guevara cuando visitó a Frondizi en la residencia presidencial, el 18 de agosto de 1961.
Tapa de la revista humorística Tia Vicenta, Año V, número 191, 1 de Septiembre de 1961 reflejando la reunión de Frondizi y Ernesto (Che) Guevara.
A las 10 y media de la mañana del 18 de agosto de 1961, a bordo del taxi aéreo Bonanza matrícula CX-AKP, Ernesto Guevara, ministro de Industrias de Cuba que acababa de tener un papel protagónico en las sesiones del Consejo Interamericano Económico y Social, reunido en Punta del Este, arribó al aeropuerto de Don Torcuato, en las afueras de Buenos Aires. Lo acompañaban Jorge Carretoni, un asesor del Consejo Federal de Inversiones a quien Frondizi le había recomendado la misión de traerlo secretamente, y un colaborador del Che, Ramón Aja Castro.
Desde Don Torcuato, Guevara se dirigió por tierra a la residencia de Olivos, escoltado por dos tenientes de fragata de la custodia presidencial, Emilio Filipich y Fernando García Parra, quienes traían precisas instrucciones de Frondizi de recoger en la estación aérea a un visitante que ‘reconocerían’ y al que debían trasladar, fuertemente protegido y sin escalas ni detenciones de ningún tipo, a la antesala del presidente.
Peugeot 403 negro un modelo similar al usado para transportar a Ernesto Guevara en la reunion con el presidente Arturo Frondizi
Ernesto Guevara en el aeropuerto de Montevideo leyendo el diario La Nación en espera para la visita a la Argentina para el encuentro ocn Frondizi, esta sera el último viaje que hara al país el 18 de agosto de 1961.