El clima es muy riguroso y se caracteriza por las bajas temperaturas y los fuertes vientos. Existen zonas muy secas y otras muy húmedas, y lugares fríos que se contraponen a áreas calurosas
En la región occidental (la más elevada) predomina un clima árido y frío con bruscas variaciones térmicas entre el día y la noche (e incluso si se pasa de un lugar asoleado a un lugar bajo sombra), durante el siglo XX la desertificación se ha agravado quedando la vegetación natural casi reducida a manchones de plantas xerófilas y psamófilas como la achaparrada tola que forma "colchones" o los grandes cactos llamados cardones.
El clima de la puna es muy seco y existe una acentuada diferencia de temperatura entre el día, que es muy caluroso, y las heladas noches. Las lluvias son escasas, y la poca agua de las precipitaciones se evapora rápidamente, dejando en la superficie del suelo gran cantidad de sales. consecuencia de este fenómeno son los grandes salares de Arizaro y Pocitos.
En la Puna y en las quebradas más secas se encuentran remanentes de un antiguo bosque de árboles bajos (churquis y queñoas), en la zona de los valles Calchaquíes apenas quedan vestigios de los densos bosques de algarrobos criollos (o “tacos”). En la zona de los valles latitudinales, los vientos húmedos del Océano Atlántico señalan una transición hacia el clima tropical húmedo, formándose en las laderas orientales una densa nimbosilva y pluvisilva que corresponde al bioma de yungas, con una enorme variedad de especies, entre las que se destacan los jacarandás (o tarcos), tipas, cebiles, molles, zapallos caspis, urundeles, guayabos etc, mientras que el este.
El clima de esta zona no es tan riguroso como en la puna, pero sí muy árido. En áreas protegidas, y por medio del riego, se pueden desarrollar algunos cultivos. Ya en la región del Chaco Salteño se forman bosques de árboles caducifolios adaptados a las alternancias estacionales de sequías (en invierno) y “temporada lluviosa” (en verano) con ejemplares de chañares, lapachos, quebrachos, guayacán, yuchán, ñandubay, vinal y palmeras (“palmas”) como la timbó y caranday.
El clima es cálido y húmedo, y las mayores precipitaciones se producen en los meses de enero y febrero. En la región Este predomina el clima semiárido con estación seca, con un promedio anual de lluvias del orden de los 500 mm y temperaturas medias del orden de los 20° C, habiéndose registrado temperaturas hasta de 47° C en verano y de -5° C en invierno, marcada amplitud térmica propia de los territorios continentales.
El clima, que es tropical, cálido y húmedo al norte, se torna subtropical y algo más seco al acercarse al sur .
Las lluvias en la provincia se distribuyen según el relieve, presentándose así zonas secas y húmedas de un modo aparentemente caprichoso. Los vientos procedentes del Atlántico, cargados de humedad, pasan por encima de la llanura chaqueña hasta encontrar las primeras elevaciones de las sierras subandinas. Al contacto con ellas, se produce la descarga de las nubes con abundantes precipitaciones, lo cual genera en las laderas orientales el crecimiento de una vegetación selvática. Debido a que en el verano las nubes quedan retenidas en los cerros, las laderas y los valles del este son muy húmedos. sin embargo, la humedad no pasa al otro lado de las sierras a las laderas occidentales, donde el clima, por el contrario, es muy seco.
Clima en Salta
Se observan climas y paisajes contrastados principalmente según la altitud: en la región occidental (la más elevada) predomina un clima árido y frío con bruscas variaciones térmicas entre el día y la noche (e incluso si se pasa de un lugar asoleado a un lugar bajo sombra), durante el siglo XX la desertificación se ha agravado quedando la vegetación natural casi reducida a manchones de plantas xerófilas y psamófilas como la achaparrada tola que forma "colchones" o los grandes cactos llamados cardones, en la Puna y en las quebradas más secas se encuentran remanentes de un antiguo bosque de árboles bajos (churquis y queñoas), en la zona de los valles Calchaquíes apenas quedan vestigios de los densos bosques de algarrobos criollos (o “tacos”).
En la zona de los valles latitudinales, los vientos húmedos del Océano Atlántico señalan una transición hacia el clima tropical húmedo, formándose en las laderas orientales una densa nimbosilva y pluvisilva que corresponde al bioma de yungas, con una enorme variedad de especies, entre las que se destacan los jacarandás (o tarcos), tipas, cebiles, molles, zapallos caspis, urundeles, guayabos etc, mientras que el este, ya en la región del Chaco Salteño se forman bosques de árboles caducifolios adaptados a las alternancias estacionales de sequías (en invierno) y “temporada lluviosa” (en verano) con ejemplares de chañares, lapachos, quebrachos, guayacán, yuchán, ñandubay, vinal y palmas o palmeras como la timbó y caranday.
En algunas regiones de Salta, en particular en las yungas, es común la práctica de la deforestación para la utilización agrícola de las tierras. Por este motivo, algunas organizaciones ecologistas en Argentina actualmente buscan la creación de leyes que regulen la utilización de las zonas selváticas a nivel nacional.