Las aguas superficiales constituyen la fuente de abastecimiento más frecuente, ya sea para suministro público, riego agrícola, actividades industriales y ganaderas u otros usos. Desde esta perspectiva , las exigencias de calidad con las posibles utilidades y la disponibilidad de caudales suficientes constituyen importantes puntos de referencia. La regulación de este recurso, mediante la utilización de embalses, en mejora de la disponibilidad cuantitativa, puede modificar sustancialmente su calidad química y biológica si no se controla el posible deterioro de los atributos estéticos y de conservación de la vida en el agua o eutrofización.
La disponibilidad de agua para suministro y las posibilidades como medio de transporte que ofrecen los cursos superficiales de agua han propiciado el desarrollo de asentamientos urbanos. Asimismo, la obtención de alimentos por medio de la pesca, el riego agrícola y la ganadería han favorecido históricamente el desarrollo urbano, agrícola e industrial en el entorno de los cursos superficiales de agua. Aunque el volumen de agua generalmente aconsejado para el consumo humano directo es de dos litros por habitante y día, el gasto del elemento por persona no se limita a esa cantidad. La dotación de agua mínima recomendada por la reglamentación técnica española para el suministro doméstico es de cien litros por habitante y día, las dotaciones de agua más frecuentes en las grandes ciudades se sitúan entre ciento cincuenta y doscientos litros por habitante y día. Esta asignación urbana incluye tanto el consumo doméstico como los industriales, de riego y las llamadas pérdidas de la red de suministro. Por otro lado, el consumo de agua que hace la industria es muy variable y depende del tipo de actividad y del grado de modernidad de las instalaciones.
Los recursos convencionales hídricos se refieren a las aguas que dentro del ciclo del agua corresponden a las superficial( y a las subterráneas.
Las aguas superficiales son las de n'os, lagos, torrentes y marismas. La mayor parte de estas aguas es dulce. Pero existe agua salada en lagos y en las marismas que forman las lagunas costeras.
Las aguas subterráneas son aquellas que están almacenadas en el subsuelo o circulan lentamente por( Proceden de la infiltración en el terreno de las aguas de lluvia, deshielo, ríos, lagos. Cuando el agua filtrada encuentra una superficie impermeable que la retiene, forma un depósito subterráneo llamado acuífero.
Los recursos hídricos no convencionales son las aguas recicladas y las desaladas. El agua puede volver a servir si se reintegra a su medio después de haber sido utilizada, Por ejemplo, en zonas costeras se puede desalar el agua de mar, lo que supone un complemento para cubrir las necesidades de agua en ciertas zonas donde no abunda.
Los lechos naturales o artificiales de agua constituyen un excelente medio de transporte muy utilizado en los países industrializados del hemisferio norte.
La consideración del agua como un medio físico para transportar y deshacerse de un buen número de residuos de sus usuarios ha hecho que el equilibrio físico, químico y biológico de ésta se vea ampliamente superado en ciertas condiciones, y que llegue a un nivel de deterioro inaceptables en ciertos casos.
El concepto de autodepuración vendría de esta manera a de designar la capacidad de un medio natural, en este caso las aguas superficiales, de aceptar una cierta aportación de sustancias o energía, sin llegar a experimentar modificaciones significativas de su calidad. La controversia surge cuando se entra a analizar el grado de significación de las modificaciones, como por ejemplo de las que afectan al oxígeno disuelto, la productividad biológica o el enriquecimiento de determinadas sustancias.
Los usos consuntivos son aquellos en los que se realiza la extracción de agua de su lugar de origen para facilitar su consumo.
Casi toda el agua que se utiliza en los usos consuntivos procede de los recursos hídricos naturales: lagos, ríos y agua subterránea.
Los usos no consuntivos son aquellos que consisten en el consumo de agua en su lugar de origen.
Una adecuada gestión del agua debe integrar los recursos superficiales y subterráneos y adaptados a las demandas existentes.
Planta desalinizadora.
Gracias a estas instalaciones se puede potabilizar el agua marina.
Las implicaciones de llevar el agua a las ciudades
Para llevar el agua a nuestras casas, hace falta una compleja red de tuberías y canales, estaciones de distribución y bombas que impulsan el agua donde sea necesario elevarla. Todas estas instalaciones pueden causar impacto en el medio ambiente.
Riego por goteo
El riego por goteo reduce el consumo agrario del agua, en comparación con el riego «a manta», que consiste en la inundación de la parcela.