Luis Sáenz Peña llego a la candidatura por un acuerdo entre Mitre y Roca para dejar afuera a los candidatos de Alem.
Luis Saenz Paña era una hombre mayor de 70 años y sin actuación política importante lo que hacia que sea débil y manipularle.
La fórmula Luis Sáenz Peña-José Evaristo Uriburu fue propiamente sola a los comicios del 10 de abril de 1892, pues Bernardo de Irigoyen no logró reunir más apoyo que el de la Unión Cívica Radical, que representaba una disgregación de la Unión Cívica y que no disponía aún de una estructura orgánica como fuerza electoral.
Luis Sáenz Peña vio allanado el triunfo de su candidatura con el sacrificio de la de su hijo. Acepto el ofrecimiento en la creencia de que las fuerzas que sustentaban su nombre eran superiores; pero hizo oir públicamente su opinión sobre el rasgo del hijo en carta pública:
"Cuando se tiene la felicidad de contar en el hogar con un hijo y un ciudadano de tus condiciones intelectuales y morales, se me ha de dispensar que ante todo levante mi espíritu con gratitud a la Divina Providencia ... Creo que nos abraza en estos momentos una aureola de honor para el hijo y para el padre; ninguno de los dos ha iniciado trabajos individuales, buscando o ambicionando la presidencia de la República. Son agrupaciones políticas impulsadas por sentimientos generosos que vienen sucesivamente a sacar nuestros nombres del retiro privado en que vivimos, buscando para encarnar en ellos las aspiraciones generales de la Nación ... El abnegado retiro de tu candidatura me deja en condiciones de amplia libertad para proceder. ... Ya a mi edad no puedo abrigar ambiciones de ningún género, sino la ambición legítima de ver a la Nación Argentina próspera y feliz ... Tú eres todavía joven, y en tu corta vida pública has dejado ya rastros indelebles de tu inteligencia y de tu carácter; has figurado con dignidad y honor en una guerra internacional a que te llevaron tus simpatías por los grandes principios; y en dos congresos internacionales has dejado consignados grandes ideales ligando nuestro modesto apellido a nobles aspiraciones a que se encamina definitivamente el derecho internacional moderno ... Pido disculpas a mis conciudadanos al consignar estos recuerdos, pero me siento satisfecho y tranquilo ante la actitud política del hijo cariñoso y del ciudadano que se revela en la carta que contesto" ...
Luis Sáenz Peña asume la presidencia por medio de una acuerdo Mitre y Roca, el nuevo mandatario deberá enfrentar la crisis política que afecta al país por las divisiones internas en la UCR y el PAN.
La fórmula Luis Sáenz Peña-José Evaristo Uriburu fue propiamente sola a los comicios del 10 de abril de 1892, pues Bernardo de Irigoyen no logró reunir más apoyo que el de la Unión Cívica Radical, que representaba una disgregación de la Unión Cívica y que no disponía aún de una estructura orgánica como fuerza electoral. Reunidos los colegios electorales el 12 de junio, y dos meses más tarde, el 12 de agosto, en el Congreso, el escrutinio dio los siguientes resultados: de los 232 representantes, votaron 221 y lo hicieron 210 por Luis Sáenz Peña para presidente y 215 por José Evaristo Uriburu para vicepresidente Mitre recibió 5 votos, de Tucumán; Bernardo de Irigoyen otros tantos, de Mendoza, y Roca uno, de la capital federal.
En un homenaje que le hizo la Unión Cívica Nacional el 24 de agosto, después del triunfo electoral, dijo entre otras cosas:
"Creo oportuno aprovechar este momento para reivindicar mi proceder ante el país contra pasiones extraviadas que repiten que he claudicado de mis principios, cuando he aceptado mi candidatura levantada por los partidos del acuerdo y confirmada por el veredicto nacional. Estoy dentro de mis severos principios aceptando el honor con que me han favorecido mis compatriotas y rehusando la lucha política que me propuso una sola fracción, que a mi juicio no representaba la opinión del pueblo argentino en todos sus anhelos y amplitudes".
Proclamados Sáenz Peña y Uriburu, presidente y vicepresidente de la República, la transmisión del mando se realizó el 12 de octubre.
Era hombre de ley, no de partido. Expresó su criterio así:
"Dije con reiteración que si el país anhelaba tener un gobernante partidista no debió fijarse en mi personalidad, porque, llegado a este alto puesto, creía que mi deber me obligaba a gobernar con la Constitución y la ley, dejando que los partidos políticos desenvolvieran sus evoluciones al amparo de las garantías constitucionales"...
Dibujo de Mayol de una mesa electoral en Buenos Aires a fines del siglo XIX