El 5 de febrero de 1975 la presidenta María Estela Martínez de Perón dictó el Decreto Nº261/75, ordenando al Ejército Argentino "aniquilar el accionar de elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán",poniendo así en marcha el Operativo Independencia. El Operativo Independencia estuvo inicialmente al mando de general Acdel Vilas y luego de Antonio Domingo Bussi -en ese momento general de brigada, cargo del que fue destituido por cometer delitos de lesa humanidad. El Operativo Independencia puso de hecho a las autoridades constitucionales de la provincia de Tucumán bajo mando militar.
Liderado por Mario Roberto Santucho, el PRT-ERP impulsó un foco guerrillero en Tucumán a principios de la década de 1970, estableciendo lor primero focos guerrilleros.
Su primera acción armada en la provincia y ampliamente reportada en el país, tuvo lugar el 6 de septiembre de 1971 en donde un pelotón liberó a doce presos de la cárcel de Villa Urquiza, una acción que le costó la vida a cinco guardias de la prisión y dos policías resultaron gravemente heridos en el enfrentamiento.
Previo a esto, los montoneros que operaban en la provincia habían asesinado el 20 de octubre de 1970 a un agente de policía y durante los siguientes tres años, las acciones de ambas organizaciones servirían para fortalecer la incipiente guerrilla, además de cobrarse las vidas de otros ocho miembros de las fuerzas de seguridad en la provincia.
El 30 de mayo, la Compañía «Ramón Rosa Jiménez» hizo su presentación como estructura en Acheral, simbólicamente copando la ciudad. Tomaron la comisaría —en la que solo había tres policías— y la estación ferroviaria, bloquearon el acceso de la ruta 38. En un par de horas, realizaron pintadas, arengaron contra la policía en un bar y robaron dos camionetas.
Hacia fines de ese año, la Compañía «Ramón Rosa Jiménez» estaba formada por noventa hombres y diez mujeres, organizados en cuatro pelotones. Gran parte del ERP fueron entrenados en Cuba. El jefe guerrillero Enrique Gorriarán Merlo, confirmó la presencia de argentinos en campos de entrenamiento militar en Cuba, diciendo: «Quedó entonces formalizada la relación (…) del PRT con el Partido Comunista de Cuba. Acordamos los viajes posteriores de nuevos compañeros para realizar distintos cursos, tanto militares como políticos».
Hacia fines de 1974, el ERP tenía unos dos mil quinientos simpatizantes esparcidos por toda la provincia, en 1975, Montoneros destacó unos treinta observadores al frente rural del ERP en esa provincia.26 Además, existía una Unidad Básica de Combate Logística (UBCL) con la que Montoneros apoyó a la Compañía de Monte «Ramón Rosa Jiménez» ese año. Se estimó que entre los elementos que apoyaban directamente a los guerrilleros en 1975, ascendían a cuatrocientos hombres.
Los militares tampoco se quedaron atrás. Para septiembre, la Policía Federal, la Guardia de Infantería y la Policía Montada realizaban incursiones en los montes, bajo cobertura aérea de helicópteros del Ejército. Si bien no se produjo ningún enfrentamiento armado, unas treinta y siete personas fueron detenidas
Mario Roberto Santucho luego de varias disputas internas, se define al partido como marxista-leninista y, se establece como objetivo inmediato, realizar acciones en apoyo a la resistencia de los trabajadores azucareros en Tucumán por el cierre de ingenios realizados por Ongania. En junio de 1970, y también por su iniciativa, el V Congreso del PRT crea el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Aunque el ERP no se establece oficialmente como el brazo armado del Partido, sus filas están constituidas por todos los militantes del Partido más aquellos combatientes de diferentes capas sociales y disímil extracción política que aceptan pelear por el programa de la organización: este programa se define como anti-imperialista y anticapitalista, mientras que el programa del PRT es clara y definidamente socialista. Asimismo, el PRT desempeña la función de dirección político-militar del Ejército Revolucionario del Pueblo, con Santucho como uno de sus comandantes.
El 5 de enero de 1975, un avión de transporte militar DHC-6 Twin Otter matriculado AE-259 que efectuaba tareas de reconocimiento se estrelló en la ladera del Cerro Ñuñorco Chico, cerca de Tafí del Valle, debido a condiciones climáticas adversas habituales en esa zona. Las trece personas a bordo murieron carbonizadas durante el posterior incendio, incluyendo los oficiales que iban a estar a cargo del operativo: los comandantes del III Cuerpo de Ejército y de la V Brigada de Infantería, generales Enrique Eugenio Salgado y Ricardo A. Muñoz respectivamente, además de miembros del Estado Mayor de Salgado. Como consecuencia de este hecho fue designado el general Acdel Vilas —un militar con buena llegada a López Rega y al sindicalismo peronista— al frente de la V Brigada.
Un mes después, la presidenta María Estela Martínez de Perón firmó el decreto que ordenaba al Ejército conducir el plan de ataque contra la guerrilla en Tucumán. El despliegue de mil quinientos soldados se inició a las 06:00 del 9 de febrero y se completó esa misma tarde, estableciendo el Comando Táctico de Vilas en la comisaría de la ciudad de Famaillá, a treinta y cinco kilómetros de la ciudad de San Miguel de Tucumán y a diez de los cerros donde se concentraba la guerrilla. El grueso de los efectivos se instalaron en los poblados a lo largo de la ruta 38 para cortar los lazos de la guerrilla con la población civil y evitar el abastecimiento. De esta manera se extendió el teatro de operaciones a la población civil, buscando desarticular el movimiento social tucumano. Se creó el primer centro clandestino de detención en una escuela de Famaillá, por donde se calcula pasaron un total de mil quinientos detenidos.
El primer enfrentamiento fue el Combate de Río Pueblo Viejo, el día 14: en una emboscada tendida por el ERP, cayó muerto un teniente primero, siendo heridos otros tres militares; perecieron también dos guerrilleros.30 El 24 de febrero, una avioneta Piper PA-18 del Ejército, que apoyaba operaciones de control en un sector selvático cercano al pueblo de Ingenio Santa Lucia, cayó a tierra, causando la muerte de los dos militares que lo tripulaban. Sus restos no serían encontrados hasta agosto de 1977.31 El 28 de febrero, un suboficial murió al inspeccionar un coche bomba en Famaillá.
Durante el mes de marzo se percibió cierto pesimismo en el alto mando del Ejército, debido a la falta de resultados concretos. Mientras tanto, a través de una publicación editada en París, el ERP afirmó que era un éxito haber logrado aferrar a una brigada entera del Ejército de cuatro mil hombres con solo trescientos guerrilleros.
En abril de 1975, el Ejército capturó a un número de guerrilleros. Por su parte, el portavoz del ERP, en una conferencia de prensa realizada en Lisboa, informó sobre la creación de un «Comando Conjunto Operacional» junto con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN) de Uruguay y el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia.
En mayo, mientras el Ejército lograba capturar a varios miembros del ERP en la zona de operaciones, Isabel Martínez de Perón, como presidente, visitó la provincia de Tucumán acompañada por el ministro de Bienestar Social, José López Rega. La presidenta reemplazó como comandante en jefe del Ejército al teniente general Leandro Enrique Anaya con el general de división Alberto Numa Laplane, quien fue ascendido a teniente general. El 11 de ese mes, un subteniente murió durante una emboscada en un control en la Ruta 301
El 5 de enero de 1975, pasando el mediodía, el de Havilland DHC-6 200 FF Twin Otter matrícula AE-259, número de serie 140, que fue incorporado al Escuadrón de Aviación de Apoyo General 603 el 20 de agosto de 1968 y que se encontraba en servicio en la Sección de Aviación del III Cuerpo de Ejército fue declarado en emergencia mientras sobrevolaba la Quebrada del Aconquija entre Tafí del Valle y Acheral. El avión había despegado desde Córdoba con destino a Tucumán, trasladando al comandante del III Cuerpo de Ejército, General Enrique E. Salgado, al comandante de la Br. I. V, General Ricardo A. Muñoz, y 8 oficiales de sus estados mayores cumpliendo un vuelo de traslado de autoridades y reconocimiento de la zona selvática de la provincia donde se suponía operaba la guerrilla.
El accidente fue utilizado publicitariamente por la guerrilla, ya que la unidades de propaganda difundieron la versión de que el AE-259 había sido derribada por fuego de ametralladoras antiaéreas obtenidas por el ERP en el copamiento del Batallón de Comunicaciones 141 (B Com 141) de Córdoba el día 28 de febrero de 1973., que hicieron impacto sobre el timón del avión, haciendo que se precipitara contra el terreno. Como consecuencia del atentado, el Operativo Independencia vio postergada su iniciación debido a que debía nombrarse a los comandantes del 3er Cuerpo de Ejército y Brigada V y sus estados mayores.
El avión tras perderse contacto con la aeronave desde el aeropuerto Benjamín Matienzo se declaró en emergencia, utilizándose distintas aeronaves en su búsqueda, entre ellas un avión Piper y dos helicópteros para rastrear la zona. Las condiciones de vuelo se dificultaron debido a la meteorología, sin embargo las mismas continuaron hasta la noche sin resultados positivos temiendo lo peor ya que no había ninguna comunicación con los ocupantes del avión. Al día siguiente a primera hora de la mañana continuó la búsqueda en condiciones meteorológicas adversas. Lamentablemente, luego de varias horas de rastrillaje, en el que intervinieron personal de policía montado a caballo, tropas de la Guardia de Infantería, Gendarmería y efectivos del Ejército Argentino destacados en la zona de Famaillá, se avistaron los restos del avión totalmente destruido en un radio de 20 metros, confirmándose que la máquina se había estrellado a unos 2.000 m de altura contra una ladera del Cerro Nuñorco Chico. En el lugar se observó los restos del avión incendiado luego del impacto y todos sus ocupantes perecieron carbonizados .
En enero de 1975, ante los escasos resultados conseguidos por las operaciones militares contra la guerrilla del trotskista Ejército Revolucionario del Pueblo en los montes selváticos de Tucumán, el coronel Acdel Edgardo Vilas fue ascendido a general de brigada y nombrado comandante de la V Brigada de Infantería con asiento en dicha provincia.
Este militar fue escogido para esa misión por ser uno de los oficiales formados en los cursos impartidos desde 1957 en la Escuela Superior de Guerra de Buenos Aires por oficiales franceses veteranos de las guerras de Indochina y Argelia. Por lo tanto, era un experto en la estrategia de guerra contrarrevolucionaria elaborada por el Ejército francés y divulgada por los libros del coronel de Infantería y jefe de la Agrupación de Comandos Mixtos Aerotransportados, Roger Trinquier, "La guerra moderna" y "Guerra, Subversión, Revolución"
La presidenta María Estela Martínez de Perón pasa revista a las tropas en Tucumán, acompañada de Acdel Vilas , primer comandante del Operativo Independencia.
En 1975 , Isabel reemplazo al general Leandro Anaya por el general Alberto Numa Laplane en la jefatura del Ejército, también designo al coronel Vicente Damasco como ministro del interior
La Operación Gardel fue el nombre clave dado por la organización Montoneros al derribo de un Lockheed C-130 Hercules del Grupo 1 de Transporte Aéreo de la I Brigada Aérea, mientras éste despegaba del Aeropuerto Teniente General Benjamín Matienzo, el 28 de agosto de 1975, transportando 114 gendarmes, desde Tucumán hacia San Juan, en el marco del Operativo Independencia. El pelotón Marcos Osatinsky fue el encargado de llevar a cabo la operación el plan consistía en la detonación por control remoto una enorme carga explosiva en forma de cono (formado en la punta por una semiesfera de 10 kg de TNT, más una capa de diametón de 60 kg y los restantes 90 kg de amonita) colocada por debajo de la pista, justo en el momento en que el C-130 se encontrara al máximo de su potencia, de manera que fuese imposible abortar el despegue. A mitad de la pista, a 1100 metros de la cabecera norte y 1000 de la sur, se hallaba un desagüe pluvial que conducía a una alcantarilla en desuso que a su vez cruzaba por debajo de la pista de la base aérea. Se tendió un grueso cable que conectaba la carga, a través de los 250 metros del túnel y emergiendo de la boca de tormenta, con la batería de 12 V de un vehículo estacionado, el pulsador sería accionado desde un foso cercano.
Los preparativos de esta «verdadera obra de ingeniería militar», calificada como tal por la organización, habían tenido lugar entre los meses de marzo y junio. La horqueta de una rama fue utilizada como punto de referencia para calcular la trayectoria del avión y accionar la carga explosiva.
El TC-62 había despegado de la Base Aérea El Palomar a las 09:00, llevando a bordo 85 miembros de la Policía Federal Argentina, y aterrizó en el Aeropuerto Benjamín Matienzo a las 11:56, al mando del Mayor Carlos Beltramone. Inmediatamente se procedió al reabastecimiento y embarque de 114 miembros de la Gendarmería Nacional, pertenecientes al Equipo de Combate San Juan. El itinerario de ese día para el TC-62 comprendía, además de ese vuelo de Tucumán a San Juan, otro transporte hacia La Rioja y el regreso a Buenos Aires. Los gendarmes llevaban consigo todos los pertrechos militares de los mismos.
Pasadas las 13:00, el TC-62 comenzó su carreteo y, tras recorrer 800 metros de la cabecera 18, alcanzó la velocidad de 200 km/h, la explosión se produjo entre 100 y 150 metros delante de la máquina –estando esta ya en el aire– y a unos dos segundos de distancia en tiempo, dejando un cráter de doce metros de ancho por dos de profundidad.
El piloto intentó la trepada del avión, pero la onda expansiva lo tomó en posición ascendente, entre 12 y 15 m sobre el suelo. La aeronave se incendió parcialmente, se inclinó sobre su derecha y cayó sobre la pista, arrastrándose unos 400 m.
La explosión destruyó al aparato en su totalidad, dejando un saldo de cinco gendarmes muertos y veintinueve heridos de diversa consideración, incluyendo a seis de los siete tripulantes. Los gendarmes Evaristo Gámez, Juan Argentino Luna, Marcelo Godoy, Pedro Yáñez y Juan Riveros perecieron en el acto. Raúl Remberto Cuello, que había escapado ileso, regresó varias veces al interior del C-130 para rescatar a posibles sobrevivientes y murió por asfixia.
A partir de este hecho, el Ejército, que desde el inicio de la intervención en Tucumán se había concentrado en combatir a la guerrilla del ERP, pasó a perseguir activamente a Montoneros.
El 3 de septiembre, una emboscada en Potrero Negro por parte de la guerrilla se saldó con dos soldados muertos y tres heridos,40 y el 10 de septiembre, un policía fue muerto en un enfrentamiento con el ERP. Al día siguiente, el grupo paramilitar «Comando José Rucci» asesinó a un militante montonero.
Durante los días 8 y 9 de octubre tuvieron lugar dos enfrentamientos con la Compañía de Monte del ERP en la zona de El Quincho y Santa Elena, durante los cuales fueron muertos el comandante guerrillero, Juan Carlos Molina (Comandante Pablo), y su segundo, Manuel Negrín. El ejército sufrió 5 muertos y 6 heridos graves.
El 10 de octubre, en Acheral, un UH-1H del ejército fue alcanzado por fuego hostil mientras realizaba un vuelo de reconocimiento, siendo muerto su ametrallador y dañado su sistema eléctrico. Sin embargo, el aparato logró aterrizar, tras lo cual se desató un feroz combate en tierra, en el que murieron doce combatientes del ERP.
En una misión de patrullaje, el 17 de octubre, en proximidades de Los Sosas, un pelotón fue emboscado por los guerrilleros, dejando un saldo de cuatro soldados muertos y dos heridos.
El 24 de octubre, en el arroyo Fronteritas, se produjo un enfrentamiento nocturno entre una patrulla del Ejército y militantes del ERP, donde murieron tres militares. A fines de ese mes, siete guerrilleros fueron abatidos en otra escaramuza.
A pesar de las derrotas sufridas, el ERP continuaba siendo una formación efectiva y en noviembre la Fuerza Aérea entró en acción por primera vez en respaldo del Ejército: cuatro aviones A-4B Skyhawk de la V Brigada Aérea atacaron al asentamiento con bombas de fragmentación y cañones de calibre 20 mm. Durante la siguiente semana tuvieron lugar otros dos enfrentamientos, que dejaron tres muertos más en el Ejército. Ese mismo mes y a requerimiento de Vilas, elementos del Regimiento de Infantería 4 llegaron a la zona. Establecida en Monteros, la Compañía B llevó a cabo patrullas de combate y de seguridad con sus pelotones en Lules, Concepción y Famaillá, y sería relevada a principios de febrero de 1976 por la Compañía A.
Para diciembre, el teatro de operaciones tucumano del ERP había quedado reducido a algunos pelotones, ya que las compañías de comandos del Ejército les estaban presionando fuertemente.
El Operativo Independencia comenzaba a tener éxito: según Paul H. Lewis, entre febrero y diciembre de 1975, murieron 163 miembros de la guerrilla rural y 53 de las fuerzas de seguridad en Tucumán.
El 18 de diciembre de 1975, Vilas fue relevado y tomó el mando Antonio Domingo Bussi -en ese momento con el grado de general de brigada y luego destituido del mismo al ser condenado como autor de crímenes de lesa humanidad. Poco después, este le decía a Vilas por teléfono: «Vilas, usted no me ha dejado nada por hacer».
El 29 de diciembre de 1975, Bussi había lanzado la Operación La Madrid I contra el ERP. Las unidades de la Brigada de Infantería V se internaron en sus campamentos en el monte por primera vez y se multiplicaron las patrullas de rastrillaje en la selva. Envió también a sus tropas a San Miguel de Tucumán, haciendo desaparecer en los primeros meses de 1976 a 194 militantes montoneros y simpatizantes de la guerrilla.
En la primera semana de enero de 1976, las tropas del ejército descubrieron siete campamentos del ERP, algunos con capacidad hasta para albergar a cuarenta guerrilleros.51 Entre los días 19y 25 de enero de 1976, se llevó a cabo la Operación La Madrid II. Esta consistió en un rastrillaje de todos los cursos de agua, desde la zona montañosa hasta el río Salí. Como los guerrilleros los utilizaban para orientarse en los movimientos, se buscaba emboscarlos a lo largo de los mismos y sobre sus márgenes. Dos días después, se dio inicio a la Operación La Madrid III, que duró hasta el 25 de febrero.
El 13 de febrero, 65 miembros de la misma emboscaron a una patrulla del Regimiento de Infantería Aerotransportada 14, siendo muertos dos militares y diez guerrilleros, entre ellos Juan Carlos Alsogaray, jefe de la unidad e hijo del que fuera comandante en jefe del Ejército Argentino entre 1966 y 1968, General Julio Alsogaray.
Una vez consumado el golpe de Estado, el nuevo comandante de la Compañía Ramón Rosa Jiménez, Lionel MacDonald, recibió la orden de permanecer en el monte sin presentar combate. El 30 de marzo, un sargento de policía fue abatido mientras realizaba un patrullaje en el centro de la capital de Tucumán.
El 10 de abril, los guerrilleros abatieron a un conscripto en una emboscada y a un policía que cumplía funciones de guardia en un hospital de la capital tucumana. El 20 de abril, un cabo de la policía fue muerto en un tiroteo con Montoneros. El 26 de abril, en otro hecho que se atribuyó a Montoneros, tres autos interceptaron al del inspector general de la Policía provincial, Juan Sirnio, que fue acribillado por los ocupantes de estos.
El 5 de mayo, un UH-1H del Ejército que brindaba apoyo aéreo a una fracción terrestre se estrelló a orillas del río Caspichango, unos 4 km al norte de Santa Lucía. El aparato impactó contra el follaje del monte mientras volaba a baja altura. Murieron cinco de sus siete tripulantes. Dos días después, en un enfrentamiento contra guerrilleros, perdió la vida un cabo primero.
Entre los días 9 y 17 de mayo, cuatro conscriptos fueron asesinados en hechos fraguados por elementos de inteligencia militar y las muertes atribuidas a la guerrilla. El 28 de julio, tres combatientes de Montoneros y un policía murieron durante un enfrentamiento en la capital.Tras varios días de persecución, Lionel MacDonald fue abatido por el Ejército el 19 de octubre, cerca del paraje El Soloco.
Durante el gobierno de facto del general Bussi, entre marzo de 1976 y diciembre de 1977, se perpetraron 371 desapariciones forzadas, y luego llegaría a afirmar que las Fuerzas Armadas argentinas llevaron a cabo en Tucumán una verdadera «epopeya contra la agresión marxista-leninista que acosaba al país». Según el profesor de antropología Antonius Robben, la violencia armada en Tucumán provocó la muerte de 164 combatientes durante el tiempo en que la 5.ª Brigada actuó en esa provincia entre 1975 y 1977; 84 pertenecían a las fuerzas armadas o de seguridad y 80 eran guerrilleros
Bussi trasladó el centro clandestino de detención que su predecesor había instalado en Famaillá al Ingenio Nueva Baviera y ordenó la descentralización de las torturas, multiplicando y profesionalizando los grupos de tortura existentes. El informe de la Comisión Bicameral Investigadora de las violaciones de los Derechos Humanos en la Provincia de Tucumán calificó la gestión de Bussi como un vasto aparato represivo, que orienta su verdadero accionar a arrasar con las dirigencias sindicales, políticas y estudiantiles, que eran totalmente ajenas al accionar de la guerrilla; se emplearon explosivos para atacar la Universidad Nacional de Tucumán, la Legislatura provincial, las sedes de la Unión Cívica Radical, del Partido Comunista, del Partido Socialista y el Colegio de Abogados, varios de cuyos alumnos fueron asesinados. Médicos, sindicalistas y políticos fueron también objeto de secuestro, prisión ilegal, vejaciones y tortura.
Para este momento, existían catorce centros clandestinos de detención, y las operaciones de rastrillaje indicaban un cambio de táctica del Ejército, ahora subían al monte a perseguir al ya debilitado ERP. Con el fin de aliviar la presión que Bussi ejercía sobre Santucho, Montoneros abrió un nuevo frente, destacando a El Cadillal una unidad denominada Fuerza de Monte del Ejército Montonero.
Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendiaba a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo negro visible a gran distancia del lugar. La tarea de rescate se hizo muy difícil para los bomberos que estaban atacando el fuego, debido a las explosiones posteriores, causadas por los tanques auxiliares de combustible y el material transportado a bordo.
El Gendarme Raúl Cuello, salió ileso del avión y entró repetidas veces, salvando valiosas vidas, hasta quedar atrapado por las llamas en el que sería su último intento al morir por asfixia
>Gendarmes y oficiales muertos en el Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina fue derribado el 28 de agosto de 1975 en el Aeropuerto "Teniente General Benjamín Matienzo" de San Miguel de Tucumán durante el operativo Gardel realizado por Montoneros
El 28 de agosto estallo un avion Hércules C130 de la Fuerza Aerea que despegaba del aeropuerto de Tucumán, la bomba había sido colocada en un desagüe de la pista y detonada a control remoto hubo seis muertos y diez heridos.
Ante la ofensiva del ERP en zonas rurales de Tucumán, el gobierno autorizó la intervención de las fuerzas armadas en esa provincia , en febrero de 1975 y en octubre de ese mismo año las operaciones fueron extendidas a todo el país, en la foto un soldado en la selva tucumana.
El 15 de diciembre de 1975 el general Vilas fue nombrado sub-comandante del V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, siendo relevado como jefe del Operativo Independencia, como comandante de la V Brigada y como gobernador, por el general Antonio Bussi, quien en dos meses acabó con los combatientes residuales del ERP que habían desobedecido la orden de repliegue. Las bajas mortales producidas en la provincia de Tucumán durante el segundo semestre de 1974 y todo 1975, fueron de 45 militares (16 en un accidente aéreo) y aproximadamente 300 terroristas.
Antonio Domingo Bussi en 1975 fue ascendido a general de brigada, y puesto al frente de la X Brigada de Infantería Mecanizada de la ciudad de La Plata. En reemplazo de Acdel Vilas, en diciembre de ese año sería destinado a comandar el Operativo Independencia, que por Ítalo Luder, temporalmente a cargo del poder ejecutivo, había extendido a todo el país. Bussi trasladó el centro clandestino de detención que su predecesor Vilas había instalado en Famaillá al Ingenio Nueva Baviera, y ordenó la descentralización de las torturas, estableciendo varios puntos a ese efecto; la maniobra fue realizada para evadir las inspecciones de los organismos internacionales, a los que engañó ocultando o trasladando a los prisioneros ante sus visitas.