El 26 de enero se sancionaron las normas de la nueva forma del ejecutivo y de la constitución de un consejo de Estado. El ejecutivo sería desempeñado por un funcionario que tomaría el nombre de Director Supremo de las Provincias Unidas, señalándosele un período de gobierno de dos años. El consejo de Estado se componía de nueve miembros y eran nombrados por el director, con excepción del presidente, designado por la Asamblea; el primero de ellos fue Nicolás Rodríguez Peña.
El director supremo fue recibido por la Asamblea el 31 de enero para prestar juramento;. un cúmulo de arengas y de propagación periodística quería silenciar u ocultar la divergencia del sector sanmartiniano ante el triunfo del alvearismo. Alvear, como jefe de las tropas de la capital, amenazaba al que se opusiera al nuevo orden de cosas. Por inspiración suya, Posadas designó secretarios de Estado a Nicolás Herrera, Francisco Javier de Viana y Juan Larrea. El poder estaba realmente en manos de Alvear.
Fue el primer Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata entre el 31 de enero de 1814 y el 9 de enero de 1815
Para integrar el consejo de Estado fueron designados José Valentín Gómez, José Miguel de Azcuénaga, Ángel Monasterio, Manuel José García y Vicente Anastasio de Echeverría; el cargo de Azcuénaga como gobernador intendente fue confiado a Antonio González Balcarce y en lugar de Viana en la gobernación intendencia de Córdoba fue nombrado Francisco Antonio Ortiz de Ocampo.
Posadas quiso mostrarse conciliador y en vista de la inseguridad interna y de la amenaza exterior propició la ley de olvido, que puso término a los juicios de residencia pendientes. La logia aprobó esa medida, combatida sin embargo por Monteagudo.
Trató luego la Asamblea la cuestión de la amnistía y excluyó de sus beneficios a Cornelio Saavedra y a Joaquín Campana. Las persecuciones políticas habían alejado de la capital a numerosos ciudadanos prominentes.