Historia

El actual territorio de la provincia de La Pampa ha sido desde hace miles de años una encrucijada de rutas recorridas por diferentes culturas provenientes de los cuatro puntos cardinales, y si bien la investigación arqueológica comenzó a partir de finales de la década de 1970, estuvo relegada a un segundo plano hasta mediados de la década de 1980, coincidiendo con la recuperación de la democracia.​ "Las sociedades indígenas que poblaron este amplio y variable territorio sustentaron un modo de vida cazador-recolector, desde las exploraciones iniciales hasta el contacto con los españoles y su retracción y casi desaparición en el siglo XIX".

Entre las numerosas tribus aborígenes que habitaron en un principio la región pampeana se encontraba la comunidad puelche (‘gente del este’, siendo puel: ‘este’ y che: ‘gente’). Los puelches eran comerciantes truequistas por naturaleza. vendían o cambiaban a los pueblos picunches, huiliches o pehuenches, sal en piedras, caballos y vacunos por piñones (especie de fruto de la araucaria o pehuén), ponchos, matras, canas colihues y manzanas. Su área de acción iba desde la cordillera hasta lo que hoy es la ciudad de Azul (en la provincia de Buenos Aires) y zonas aledañas. Formaban tolderías de vados grupos humanos dirigidos por un cacique. Otros vivían de manera desperdigada a cargo de capitanejos, una jerarquía inferior a la del cacique. La categoría más baja era la del indio de pelea, cuya importancia dependía de que tuviera o no caballo, así como de la cantidad de mujeres bajo su posesión (estas también constituían un bien de cambio). La «cautiva» (por lo general una mujer blanca secuestrada durante un malón) era considerada superior, sobre todo si tenía hijos con el indio. Se vendía o se cambiaba por otros objetos de valor, pero su contacto con los aborígenes le impedía regresar con los de su raza, quienes la consideraban "contaminada" e irrecuperable.

Desde los comienzos de la colonización se intentó dominar al indio; civilizado, según el concepto de los blancos, y cristianizarlo. Poco se logró, excepto someterlo a explotación y malos tratos, o poner a prueba su fiereza en el terreno de la guerra. A principios del siglo XIX comenzaron a aparecer grandes jefes guerreros, Como Namuncurá o Calfulcurá, creador este último de una especie de -imperio' en la región de las salinas Grandes.

A principios de 1833 se organizó la primera "campaña al desierto" comandada por el entonces brigadier general Juan Manuel de Rosas. Como el Ministerio de Guerra comunicara que la provincia no estaba en condiciones de solventar la expedición, Rosas y Juan Nepomuceno Terrero ofrecieron suministrar ganado vacuno y caballar para el abastecimiento, y los Anchorena, el entonces coronel Tomás Guido, el doctor Miguel Mariano de Villegas y el rico hacendado Victorio García de Zúñiga terminaron por donar el dinero en efectivo para que pudieran iniciarla, por lo cual partirían en marzo del mismo año.

Entre 1834 y 1873, provenientes de Chile, arribaron grupos mapuches o araucanos que  realizaron la araucanización de los habitantes autóctonos, hacía el ano 1834 el poder de Calfulcurá estaba firmemente consolidado.

En la primera mitad del siglo XIX el estado argentino se fue organizando en un complejo proceso que incluyó la formación de una serie de entidades autogobernadas que tomaron el nombre de provincias que, luego de violentas guerras terminaron pactando entre ellas la constitución de una confederación en 1853-1860. Los territorios indígenas de la región pampeana y la Patagonia no se organizaron como provincia y no formaron parte del acuerdo constitucional.

Por el lado de los blancos, en 1869 Lucio V. Mansilla realizó una excursión a los indios ranqueles, en el sur de Córdoba, y consiguió ampliar el dominio blanco. 

Las campañas militares realizadas por el general Julio A. Roca  en 1879, durante la Conquista del Desierto, pusieron fin al período indígena, llevando a unos a la extinción y marginando a otros.

En 1882, por la llamada "Ley de Remate", tres millones de hectáreas fueron entregadas a manos privadas; desde entonces, y hasta 1890, se establecieron en la región importantes estancias. En 1884, La Pampa fue nombrada Territorio Nacional por Ley n.º 1532. 

Su primera capital fue General Acha, pero a partir del 29 de marzo de 1900 se trasladó a Santa Rosa de Toay. Siete años después se suprimió la segunda parte del nombre: quedó desde entonces solamente Santa Rosa y se denominó Toay a una localidad vecina.

Ocho años más tarde, Tomás Mason fundó la villa de Santa Rosa, que luego sería declarada capital de la provincia. 

Después de estos acontecimientos, los primeros pobladores del territorio fueron habitantes de las ciudades vecinas e inmigrantes españoles. Hacia comienzos del Siglo XX se inició la época de oro de la colonización agraria, referida al ingreso de inmigrantes europeos que llegaron a estas tierras huyendo del hambre, la miseria y la persecución.

Entre 1900 y 1911 tuvo lugar el auge de la colonización agrícola y la inmigración; de las fundaciones y del tendido de ferrocarriles. La Pampa se convirtió en provincia el 20 de julio de 1951, por Ley Nacional 14.037.


Campaña de Rosas al Desierto

Campaña de Rosas al Desierto
La Campaña de Rosas al Desierto fue una expedición militar que el exgobernador Juan Manuel de Rosas realizó en 1833 y principios de 1834, durante el gobierno de Juan Ramón Balcarce en la provincia de Buenos Aires, Argentina, contra los indígenas pampas, los ranqueles, los tehuelches y los araucanos ubicados en la Pampa y el norte de la Patagonia y que contó con la colaboración inicial de las provincias afectadas por la frontera aborigen. La campaña tuvo varios propósitos, todos ellos relacionados, que fueron: someter a la obediencia criolla a los indígenas del desierto o la tierra adentro, terminar con los malones indios que asolaban constantemente a las poblaciones interiores, rescatar a los cautivos en poder de los aborígenes, incorporar tierras para la agricultura y la ganadería y efectivizar las soberanías provinciales sobre los territorios excursionados.



El malón, 1845, óleo de Mauricio Rugendas.

El malón, 1845, óleo de Mauricio Rugendas.
El malón fue una táctica militar ofensiva empleada por la etnia mapuche en los actuales territorios de Argentina y Chile, que consistía en el ataque rápido y sorpresivo de una nutrida partida de guerreros a caballo contra un grupo enemigo, ya fueran otros pueblos o parcialidades indígenas, o poblaciones, fortificaciones y estancias de los criollos, con el objetivo de matar adversarios y saquear para hacerse con ganado, provisiones y prisioneros, sobre todo mujeres jóvenes y niños.





La Conquista del Desierto

La Conquista del Desierto
La Conquista del Desierto fue la campaña militar realizada por la República Argentina entre 1878 y 1885, por la que se conquistó grandes extensiones de territorio que se encontraban en poder de pueblos originarios (también referidos como tribus desde el bando del Estado) 8​ mapuche, pampa, ranquel y tehuelche. Se incorporó al control efectivo de la República Argentina una amplia zona de la región pampeana y de la Patagonia (llamada Puelmapu por los mapuches)9​10​11​ que hasta ese momento estaba dominada por los pueblos indígenas. Éstos, sometidos, sufrieron la aculturación, la pérdida de sus tierras y su identidad al ser deportados por la fuerza a reservas indias, museos o trasladados para servir como mano de obra forzada.