La refracción de la luz se produce en la superficie de separación de los medios de diferente densidad como el aire y el agua, o el aire y el vidrio, lo que afecta la velocidad de propagación de la luz. El desvío de la dirección de propagación será mayor a mayor diferencia de la velocidad de propagación en los dos medios.
En la refracción de la luz se distingue el rayo incidente y el rayo refractado. Entre el rayo incidente y la línea normal se forma el ángulo de incidencia. Mientras que entre el rayo refractado y la normal se forma el ángulo de refracción.
El índice de refracción es inversamente proporcional a la velocidad de la luz en el medio; esto es, a mayor índice de refracción menor velocidad de propagación, y viceversa. Asi, para el vidrio, el agua y el plástico es mayor que 1; no tiene unidades, ya que es una relación entre velocidades.
La refracción de la luz puede ocurrir en simultáneo con la reflexión. Por ejemplo, si la luz incide en una cara de un bloque de vidrio, ella se refleja y se refracta en la frontera vidrio-aire.
Para la luz, la refracción sigue la ley de Snell, que establece que, para un par dado de medios, la relación de los senos del ángulo de incidencia θ1 y el ángulo de refracción θ2 es igual a la relación de velocidades de fase (v1 / v2) en los dos medios, o de manera equivalente, a los índices de refracción (n2 / n1) de los dos medios.
En la refracción no cambia la frecuencia de la luz f, ya que esta depende de la fuente, pero al hacerlo su velocidad v, debe cambiar también su longitud de onda λ. Dado que el color con el que percibimos la luz depende de la frecuencia, este no cambia al cambiar de medio. Los prismas ópticos y lentes utilizan la refracción para redirigir la luz, al igual que el ojo humano. El índice de refracción de los materiales varía con la longitud de onda de la luz, y así el ángulo de la refracción también varía correspondientemente. Esto se llama dispersión y hace que prismas y arcos iris dividan la luz blanca en sus colores espectrales constituyentes.
Leyes de la refracción
Las leyes de la refracción explican cómo se produce este fenómeno. Fue el físico y matemático Christiaan Huygens quien dedujo estas leyes que se resumen en:
Ley de Snell
Entonces la relación entre el seno del ángulo de incidencia y el seno del ángulo de refracción es igual a la razón entre la velocidad de la onda en el primer medio y la velocidad de la onda en el segundo medio, o bien puede entenderse como el producto del índice de refracción del primer medio por el seno del ángulo de incidencia es igual al producto del índice de refracción del segundo medio por el seno del ángulo de refracción, esto es:
El índice de refracción podría definirse como la medida en la cual la luz es reducida al pasar por un medio, en comparación con otro.
El índice de refracción puede variar con las características de la onda incidente, por tanto, se utiliza una onda estándar: la luz amarilla con una longitud de onda de 589,29 nanómetros; es decir, en las Líneas de Fraunhofer, el espectro para el sodio. Algunos índices de refracción no se han medido con esta frecuencia estándar, la mayoría de los cuales ha sido indicado en la columna de condiciones; no obstante, el índice suele ser muy similar al tradicional.
El índice de refracción también varía con la longitud de onda de la luz, como lo indica la ecuación de Cauchy:
donde n es el índice de refracción, λ es la longitud de onda, A , B , C, etc., son coeficientes que se pueden determinar para un material ajustando la ecuación a los índices de refracción medidos en longitudes de onda conocidas. Los coeficientes se citan generalmente para λ como la longitud de onda del vacío en micrómetros . Por lo general, es suficiente usar una forma de dos términos de la ecuación:
donde los coeficientes A y B se determinan específicamente para esta ecuación.
La refracción de la luz explica muchos de los fenómenos con los que nos encontramos en nuestro día a día. Veamos unos ejemplos. Cuando un objeto recto, como un lápiz , se introduce en un vaso de agua u otro líquido, pareciera que se quiebra.
El agua tiene un índice de refracción diferente del aire. Por eso cuando vemos objetos o seres dentro de un acuario, podemos ver más de una imagen.