El 1° de diciembre de 1852 el coronel Hilario
Lagos,
comandante general del departamento del centro de la provincia inició
una sublevación con el objetivo de derrocar al gobernador Valentín
Alsina.
También exigía el reconocimiento del Acuerdo bonaerense
respondió al alzamiento y el gobernador debió renunciar.
Urquiza, en virtud de sus atribuciones, intervino
para pacificar la provincia, pero fracasó ya que en él Buenos Aires se
reservaba el derecho de aceptar o no la Constitución por lo que Urquiza
rechazó el tratado y se reinició el sitio.
Contaban con una escuadra
fluvial sitiadora comandada por el norteamericano John L. Coe.
Mientras esto sucedía en Buenos Aires, el congreso
constituyente santafecino aprobaba el texto constitucional que declaraba
a la ciudad de Buenos Aires capital de la nación, obligándola así a
entregar su puerto y su aduana. Ante estos hechos los porteños decidieron sobornar a las fuerzas
sitiadoras que abandonaron las filas. Urquiza debió aceptar la
mediación de diplomáticos extranjeros y abandonó el sitio el 13 de
julio de 1853.
El gobierno de Buenos Aires rechazó sin previo
examen la Constitución sancionada en Santa Fé e inició una etapa de
aislamiento político con respecto al resto de la República.
El control de la Aduana y la posesión de un Banco emisor le
permitieron a la provincia contar con los recursos necesarios |