El 29 de mayo de 1944 el VicePresidente y Ministro de Guerra de la Nación Coronel Juan Domingo Perón visitó la ciudad de Córdoba; acompañado por el Comandante en Jefe de Aeronáutica Coronel Bartolomé de la Colina. En ese entonces se avanzó en la creación de dos nuevos centros militares, la «Escuela de Especialidades», posteriormente Escuela de SubOficiales de Aeronáutica, y la «Escuela de Tropas Aerotransportadas». Este hecho convierte a Córdoba en punto clave de concentración e instrucción de jóvenes para la defensa del país. Se presenta además el «I.Ae. 22 DL» mediante el vuelo de prueba realizado por el Teniente Osvaldo Rovere. Las autoridades nacionales ordenarían una primera serie de 100 máquinas.
Después de la capitulación de Alemania en 1945, se produce un masivo arribo de expertos extranjeros invitados por el Gobierno Nacional a continuar con sus desarrollos como sustento de la avanzada tecnológica que vive la Argentina entre 1947 y 1955. Uno de los primeros que aceptaría instalarse en suelo argentino fue Kurt W. Tank, conocido ingeniero que había sido Director de la Fábrica «Focke Wulf Flugzeugbau» de Bremen. Hombre de fuerte talento organizador y destacado aviador de 55 años de edad, Tank había reunido en Alemania su grupo de colaboradores y especialistas, aguardando propuestas de radicación. Inicialmente fue invitado por la Unión Soviética y luego por Inglaterra, sin llegar a un acuerdo. Se decidió por la Argentina que le ofrecía trabajar libremente para desarrollar sus ideas y así es que el científico alemán llega al país portando algunos microfilms y planos de construcción de aviones en desarrollo y algunos del tipo Focke Wulf ya probados. Sin demoras Kurt Tank es incluido en la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba para abocarse a la construcción de un caza a reacción de avanzada.
Hacia 1951, cincuenta y dos profesionales, algunos de renombre internacional como el profesor Thalau, ex Director de la Fábrica de aviones «Fieseler», Röthe, de la Empresa Daimler Benz, Pabst, especializado en dinámica de gases, el Ingeniero Otto Berhens, ex Director del Centro de Ensayos de la «Luftwaffe» en Rechlin, el Ingeniero P. Klages, conocido constructor de aviones, que en Córdoba diseña el «I.A. 35», bautizado posteriormente «Huanquero», Heintzzelmann, especialista en estática, el Ingeniero Rudolph Freyer, los especialistas aeronáuticos Mittelhuber y Bansemir, los Ingenieros Aeronáuticos Mathias y Wolf, Wehrse, especialista en materiales aeronáuticos, Röthkegel, especialista en modelos para túneles aerodinámicos, entre otros. Para 1953 suman 62 los científicos germanos incorporados.
Otros de los científicos que llegan a la Argentina a instancias de Kurt Tank son Ronald Richter, Ehrenberg, Beck, Greinel Seelman, Eggebert, y los científicos italianos Pinardi y Abele. Estos inician trabajos sobre tecnología nuclear en un pabellón de la Fábrica Militar de Aviones. Al poco tiempo, el equipo solicita un lugar propio para sus experimentos argumentando necesidades de espacio y seguridad. Se elije la Isla Huemul en el lago Nahuel Huapi en la provincia de Río Negro para proseguir con los experimentos. Allí trabajaron en su teoría de crear reactores de fusión nuclear utilizando el deuterio, o «hidrógeno pesado», como combustible principal. Esta era una teoría muy novedosa para la época y que aún no se ha logrado en ningún laboratorio del mundo, desarrollar tecnología de fusión nuclear controlada habría implicado contar con una fuente prácticamente inagotable de energía, que se pensaba utilizar en la transformación industrial del país.
El proyecto se mantuvo con un gran presupuesto y en absoluto secreto, hasta 1952, cuando ante la falta de resultados la Isla Huemul es visitada por una comisión fiscalizadora integrada por José Antonio Balseiro, Mario Báncora, Manuel Beninson, Pedro Bussolini y Otto Gamba. Allí, Balseiro y Báncora denuncian numerosas irregularidades y la imposibilidad de que tal proyecto llegara a obtener resultados positivos. Los informes, concisos y sobrios, y sus argumentos detallados, fueron decisivos cuando a los pocos meses se dio por concluido el experimento. El Proyecto Huemul inspiraría la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica en 1950 y del Instituto Balseiro, dando inicio al desarrollo de la física nuclear en la Argentina.
En el Instituto Aerotécnico, en 1948, se crea la Fábrica de Motores a Reacción, que funcionaría hasta el 4 de marzo de 1955, año en que fue fusionada con carácter experimental con la Fábrica de Motores de Aviación.
Por aquel entonces, el Instituto Aerotécnico había recibido de Inglaterra las patentes de las turbinas «Rolls Royce Nene II» y «Derwent V». El Ingeniero Raúl Argentino Magallanes fue el responsable de traer desde el Reino Unido el utilaje, máquinas-herramientas, calibres y todo el herramental específico para construir cien turbinas Derwent. Un técnico de Rolls Royce Fue enviado a Córdoba para dirigir todo el proceso de puesta a punto, maquinado de componentes de las turbinas y para preparar personal especializado.
La sostenida actitud de progreso tecnológico lleva a la Argentina a formalizar con la casa Rolls Royce de Inglaterra entre 1949 y 1950, la intención de instalar la «Fábrica de Turbinas a Reacción de América del Sur» en los alrededores de Córdoba Capital. Lamentablemente, este formidable plan tecnológico finalmente no pudo ser realizado.
De esta época también data la Fábrica de Instrumentos y Equipos, la Fábrica de Paracaídas y la Fábrica de Máquinas y Herramientas. Muchas de éstas, ya funcionaban desde años anteriores, pero con carácter de talleres aislados.
En aquellos años, el Instituto Aerotécnico logra destacarse a nivel mundial produciendo los primeros aviones a reacción en Latinoamérica, el Pulqui I en 1947, y el Pulqui II en 1950, bajo la dirección del francés Emile Dewoitine y de Kurt Tank.
Concluyendo la primera presidencia de Perón, la producción local de automotores no encontraba una base sólida para impulsar su desarrollo. Es por esto que Perón se reunió con representantes de industrias automotrices extranjeras, expresándoles el deseo del gobierno de contar con su apoyo para la producción de automóviles en el país. Por esta razón, el Instituto Aerotécnico de Córdoba se ofrece a encarar la creación de la industria automotriz argentina. La empresa comienza sus actividades dentro del ámbito de la Fábrica Militar de Aviones en la Provincia de Córdoba. La intención presidencial era comenzar con la producción seriada de automotores el 1 de noviembre de 1952.La incorporación de esta industria dinámica a la actividad de IAME significó un aumento de su personal del 55% llegando a ocupar entre operarios, técnicos y administrativos 9.000 personas.
Así es que se inicia una nueva etapa con la creación de la «Fábrica de Motores y Automotores» por Decreto 24103 de fecha 30 de noviembre de 1951, que poco después derivaría en una nueva Empresa del Estado denominada «Industrias Aeronáuticas y Mecánicas de Estado», IAME, como resultado de una reestructuración del «Instituto Aerotécnico» que cesa como cabeza directriz pasando a integrar la nueva organización como área exclusivamente dedicada a la investigación y a la formación.
El IAME fue creado mediante el Decreto Nro. 6191 del 28 de marzo de 1952. Las excavaciones para construir la fábrica se inician el 2 de diciembre de 1951 y en 1952 la planta de montaje inicia sus actividades con una superficie cubierta de 6713 m². IAME alumbraba a la naciente industria automotriz en la Argentina.
De allí saldrían en poco tiempo ingenieros, técnicos y operarios especializados, generalmente formados en escuelas nacionales de educación técnica, que contrataría el resto de establecimientos automotrices instalados en el país, fortaleciendo a la industria metalmecánica nacional.
Se iniciaron los estudios para decidir qué vehículo se iba a producir, optándose finalmente por una serie de automotores utilitarios: una pickup para 750 kg de carga (el "Rastrojero"), un furgón, una rural de tres puertas (la "Gauchita") y un sedán dos puertas. Para la impulsión de los vehículos se optó por un motor bicilíndrico de dos tiempos. Para disminuir los plazos se importaron un automóvil y una rural DKW y se copiaron las mecánicas; las carrocerías fueron proyectadas por un equipo de diseñadores del área de aviones inspirados en el «Chevrolet 51». Durante el desarrollo se estimó que la potencia del motor dos cilindros sería deficiente. Un equipo de ingenieros y técnicos de la Fábrica de Motores, liderado por el Ingeniero Magallanes, diseña un motor también de dos tiempos pero con cilindros en V, solución utilizada por la fábrica austríaca PUCH en sus motores de 125 y 250 cc. Este motor absolutamente original, de cuatro cilindros con dos cámaras de combustión, tenía una cilindrada de 800 cc; se llamó «M-800» y fue luego construido para equipar los sedanes.
En un período de alrededor de un año se diseñaron los vehículos, se proyectó y montó la planta de fabricación, se instalaron las máquinas, construyeron los dispositivos y el herramental y montajes necesarios, se construyeron los prototipos y finalmente en 1953 comenzó la producción de utilitarios, furgones y sedanes que empezaron a distribuirse a través de la red de concesionarios montada por CIPA, empresa dependiente de IAME y creada para darle apoyo comercial y financiero. IAME (luego rebautizada IME) desarrolló cuatro modelos básicos: dos vehículos frontales (camión liviano y microómnibus), la clásica pick up -que incluyó una versión 4x4 para uso militar- y hasta un sedán de cuatro puertas, especialmente diseñado para taxi. En 1969, salió de la línea de montaje el Rastrojero Nº 50.000. La producción de IME se mantuvo en constante crecimiento pasando de 3.964 unidades en 1959 a su récord de 12.500 en 1975. Incluso se llegó a estudiar una asociación con Peugeot de Francia para desarrollar en forma conjunta una nueva versión del Rastrojero.
La Fábrica de Automóviles incursionó en el área de los automóviles deportivos, aplicando tecnologías de avanzada para la época, como el poliéster reforzado con fibra de vidrio. En 1952 IAME comenzó el desarrollo de la resina de poliéster para utilizarla en carrocerías de automóviles y embarcaciones, tecnología en la cual solamente Estados Unidos había incursionado, logrando una preserie de vehículos como base del «Justicialista Gran Sport».
En 1954, IAME desarrolló un prototipo para montar un motor V8 refrigerado por aire, con la particularidad de que el block de dicho motor estaba realizado en semiblocks de 2 cilindros, lo que permitía una variedad de motores en V de 2, 4, 6 y 8 cilindros, permitiendo una variedad de cilindradas y potencias de acuerdo a la configuración usada.
IAME desarrolló motos, tractores y armamento. También se destacó por realizar importantes avances en de lanchas deportivas y de competición, veleros y motores fuera de borda. El material utilizado para la fabricación motonáutica fue similar al de los autos deportivos, los cascos eran moldeados en una sola pieza sin presentar juntas, con características antiflama, de prolongada vida a la intemperie, y sin necesidad de calafateo. Dicha forma constructiva, permitió una reducción del 25% en el peso, facilitando más velocidad y aumentando la maniobrabilidad con respecto a lanchas de similares proporciones.
Para mediados de la década de 1950, la ciudad de Córdoba ya era uno de los grandes centros industriales del país y de Latinoamérica con grandes fábricas de motores, automotores, aviones y locomotoras entre otros «Fiat Concord», productor de tractores y material ferroviario, «Industrias Kaiser Argentina», del rubro automotríz, y el conglomerado estatal IAME que producía aviones, automóviles, motos, tractores, lanchas, etc. Este desarrollo impactó fuertemente en la composición demográfica de la ciudad.
La «División Proyectos Especiales» en el «Instituto Aerotécnico» se creó en 1947, sin embargo, el proyecto aeroespacial argentino concluyó esta época casi sin avances, lanzando el cohete «Martín Fierro» en 1956, sin carga, el cual alcanzó una altura de 2 km. Al año siguiente, la Unión Soviética lanzaba el Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia.
La fábrica será cerrada durante la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional, implementada por su ministro de economía Martínez de Hoz cierra definitivamente IME S.A por decreto 1448/80 del 11 de abril de 1980. En el momento de su cierre, la empresa contaba con más de 70 proveedores, 100 concesionarios en todo el país y más de 3000 empleados. Su vehículo más popular, el Rastrojero Diésel, dominaba cómodamente el mercado de pick ups diésel con el 78 % de participación.