Con esta actitud el grupo dirigente de Buenos Aires volvió a demostrar su política centralista por cuanto el Director gobernaba las “Provincias Unidas” y no era un proceder equitativo el que dos Organismos porteños designaran sucesor para ese alto cargo sin consultar al Congreso reunido en Tucumán ni al legítimo titular -el general José Rondeau- a la sazón en la frontera Norte.
Al enterarse el Congreso de lo ocurrido en Buenos Aires resolvió -en la Sesión del 3 de Mayo de 1816- designar Director titular al general Juan Martín de Pueyrredón y luego comunicó a Balcarce que hasta el arribo del nuevo mandatario su jurisdicción se reduciría a la provincia de Buenos Aires.
Después de electo, Pueyrredón quedó dos meses más en Tucumán.