Agitación federal en Buenos Aires

Desde la caída de Carlos de Alvear surgió en Buenos Aires una tendencia política de carácter federal que se inclinaba a respetar las autonomías provinciales y admitía que Buenos Aires no fuese la cabeza dirigente del país.


Federales en Buenos Aires

Sus partidarios afirmaban que la mejor forma de luchar contra José Artigas era suprimirle el motivo fundamental de su disidencia y que si Buenos Aires respetaba los deseos del Interior, las provincias de Córdoba y Santa Fe dejarían con agrado la Liga artiguista.

Estas ideas ganaron adeptos entre la población porteña y contaron con el apoyo de militares destacados (Soler, Dorrego) y civiles de relieve (Sarratea, Chiclana, Agrelo). Los integrantes de esta facción recibieron con desagrado el nombramiento de Pueyrredón para el cargo de Director.

Por otra parte la tendencia política contraria a la anterior estaba encabezada por la Junta de Observación y el Cabildo de Buenos Aires los cuales apoyados por gran número de partidarios defendían la autoridad del Congreso reunido en Tucumán y el principio del predominio ejercido tradicionalmente por la capital.

Los federales porteños hicieron pública una declaración en la cual afirmaban que el pueblo de Buenos Aires “quiere y desea pública y notoriamente reducirse a una provincia como todas las demás”, en consecuencia se gobernaría por sus propias leyes pero reconociendo al Director nombrado por el Congreso.