En medio de la tormenta que recorre el mundo amenazando con el inicio de una segunda guerra mundial, dos de los escritores más populares y polémicos de nuestro país, Leopoldo Lugones y Alfonsina Storni, se suicidan.
Un suicidio puede leerse de muchos modos: último grito de rebeldía, extrema desilusión, imposibilidad de afrontar un dolor percibido como intolerable… Sin duda, siempre quedan pendientes numerosos interrogantes. En todo caso, ¿qué sabemos de Lugones y Alfonsina? Porque así los nombran en los círculos intelectuales y aun entre un público mucho más extendido que ambos han llegado a conquistar.
Lugones, nacido en Villa María, provincia de Córdoba, el 13 de junio de 1874, proviene de familias tradicionales del país. En tanto, Alfonsina, nacida el 29 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, Suiza, es la tercera hija de un matrimonio de suizos italianos que se instalaron en la provincia de San Juan y, en 1900, se trasladaron a Rosario.
Ambos se sumaron a las filas de los jóvenes criollos e inmigrantes que buscaban nuevos rumbos en la capital de la República. Lugones desdeñaba los estudios académicos y merodeaba por los círculos intelectuales donde el poeta modernista Rubén Darío lo consagró como la promesa literaria más talentosa de Buenos Aires. Una década después, Alfonsina consiguió el título de maestra y en poco tiempo se convirtió en madre soltera y autora de un libro de poemas que le dio visibilidad en el campo intelectual porteño.
Lugones abandonó las convicciones anarco-socialistas juveniles que lo llevaron a fundar, junto con José Ingenieros, el periódico La Montaña. Conjuntamente, militaron tan fogosa como fugazmente en el Partido Socialista Argentino y emprendieron una ruta al margen de las adscripciones partidarias orgánicas.
El diario La Nación convocó a intelectuales a escribir sobre el Centenario de la Revolución de Mayo. En Lugones delegó la escritura de una creación poética alusiva que se concretó en La oda a los ganados y las mieses.
Alfonsina se suicidó en Mar del Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Alfonsina consideraba que el suicidio era una elección concedida por el libre albedrío y así lo había expresado en un poema dedicado a su amigo y amante, el también escritor suicida Horacio Quiroga.
Hacia la una de la madrugada del martes 25 de octubre de 1938, Alfonsina Storni abandonó su habitación y se dirigió a la playa La Perla. Esa noche su hijo Alejandro no pudo dormir; a la mañana siguiente, lo llamó la dueña del hotel para informarle que le habían reportado del hotel que su madre estaba cansada pero bien.
Esa mañana, la mucama Celinda había golpeado la puerta del dormitorio para darle el desayuno y no obtuvo respuesta y pensó que era mejor dejarla descansar y fue lo que le comunicó a la dueña. Pero cuando dos obreros descubrieron el cadáver en la playa, se difundió la noticia; su hijo se enteró por radio y el cuidador del hotel, José Porto, se lo confirmó vía telefónica. Hay dos versiones sobre el suicidio de Alfonsina Storni: una de tintes románticos, que dice que se internó lentamente en el mar, y otra, la más apoyada por los investigadores y biógrafos, que afirma que se arrojó a las aguas desde una escollera.
Tres años después, el mismo diario anunció que habían finalizado las lecturas de El payador, mediante las cuales Lugones se postulaba como el agente de una íntima comunicación nacional “entre la poesía del pueblo y la mente culta de la clase superior”. El escenario fue el teatro Odeón, donde la selecta y nutrida concurrencia contó entre los asistentes al Presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña, y a sus ministros, entre ellos Indalecio Gómez, autor de la ley electoral de 1912. ¿Qué expresaba Lugones durante sus disertaciones para concitar tanto entusiasmo en la prensa y en la elite porteña? Se había vuelto sobre el Martín Fierro, obra poética de José Hernández que desde su publicación en 1872 fascinó a distintos sectores de la sociedad, para revelar que en sus páginas se escondía el poema épico de la nacionalidad argentina.
En ese autoproclamado don profético autorizaba su discurso. Inscripto en la renovación modernista, se embarcó en la búsqueda de una tradición cultural que suturara la sociedad inmigratoria. Si en la década de 1890 la literatura criollista a través de la difusión de folletos y de la representación de las aventuras de Juan Moreira en circos y teatros contribuyó a facilitar el proceso de nacionalización de los inmigrantes, la operación literario-política de Lugones tendió a desvincular al héroe Martín Fierro de toda significación ligada a la protesta social para encarnar en él al espíritu de la patria.
Esa especialización del gaucho, devenido símbolo nacional, se acompañaba de un descreimiento persistente de Lugones en la democracia basada en el sufragio universal. En el discurso de Ayacucho pronunció aquella famosa afirmación: “Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la espada”. Así adhirió al autoritarismo fascista y al militarismo, apoyando el golpe de 1930, para finalmente refugiarse en la poesía.
Por su parte, Alfonsina publicaba en La Nación, Nosotros y Caras y Caretas. Lejos de las formas retóricas de las nuevas vanguardias literarias, que disputaron en los años 20 la centralidad del ca mpo literario a Lugones, practicaba un lenguaje donde se conjugaban erotismo, sentimiento e inteligencia.
Además, en procura de extender los derechos civiles, sociales y políticos, fue una de las dirigentes de la Asociación Pro Derechos de la Mujer que, a poco de su fundación en 1918, llegó a reunir once mil adherentes.
Su poesía y sus obras de teatro desbordan los límites de la sociedad burguesa al expresar el mundo de las cocineras, las sirvientas, las empleadas.
Algunos de sus últimos libros hablan de la situación de los trabajadores en las fábricas, los inmigrantes errantes, la muerte en las villas miserias de Buenos Aires. Las mujeres y los trabajadores de Storni formulan, desde el margen, la necesidad de reabrir el debate sobre la ciudadanía.
Lugones y Alfonsina, subjetividades sensibles devoradas por diversos dolores, pusieron fin a sus vidas en una Argentina marcada por el fraude electoral y los negociados económicos.
El 18 de febrero de 1938 se quitó la vida en un recreo del Delta de San Fernando, llamado «El Tropezón», al ingerir cianuro de potasio con whisky. Una de las teorías sobre la causa de su muerte es que Lugones estaba muy enamorado de una muchacha que conoció en una de sus conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. Mantuvo con ella una relación sentimental y apasionada. Descubierto y presionado por su hijo, debió abandonarla. Esto lo habría precipitado en un declive depresivo que acabaría así con su vida.
Como consecuencia del acercamiento diplomático que ambos países vienen protagonizando en los últimos años, el presidente argentino saliente, Agustín P. Justo, y su par brasileño, Getúlio Vargas, pusieron la piedra fundacional el 8 de enero pasado del puente internacional que unira las ciudades de Paso de los Libres y Uruguayana.
La obra resulta trascendental para el intercambio comercial entre los dos países. Sin embargo, la ceremonia se vio empañada por la tragedia, ya que uno de los aviones en los que viajaba parte de la delegación argentina de regreso a Buenos Aires cayó en pleno vuelo, provocando la muerte de todos sus integrantes, incluido Eduardo Justo, el hijo del Presidente.
Hace dos años, el Congreso nacional argentino aprobó el protocolo para la construcción del puente internacional como Ley 12.333, autorizando la suma de 2.500.000 pesos moneda nacional para la obra. El flamante puente se inscribe dentro de los acuerdos bilaterales que cinco años atrás firmaron los cancilleres de ambo países y que incluía un tratado de comercio y navegación un convenio para prevención y represión del contrabando, entre otros.
Como resultado de elecciones claramente fraudulentas, Roberto Ortiz asumió como presidente de la Nación el 20 de febrero, era el hijo de inmigrantes vascos, militó en el radicalismo antipersonalista y fue ministro de Obras Públicas durante el gobierno de M. T. de Alvear y de Hacienda en el de A. P. Justo.
Frente a un contexto internacional de una guerra en ciernes, a través de su canciller, José María Cantilo, Ortiz propuso al resto de los países del continente sostener la “solidaridad americana y política propia”. En el aspecto interno, Ortiz se comprometió durante la campaña a limpiar el sistema político y volver a la legalidad electoral, aunque muchos desconfían que ésa sea su verdadera voluntad política.
Ortíz sufre de diabetes grave la primera alarma había sonado durante la campaña presidencial; en el acto de proclamación debió suspender abruptamente su discurso, y en Resistencia sufrió un desvanecimiento y fue necesario sangrarlo. El doctor Roberto M. Ortiz padece una diabetes grave, que probablemente afecte su visión. El asunto es cuidadosamente ocultado. Recibe un estricto tratamiento, dirigido por el doctor Pedro Escudero: cada dos días, una inyección de insulina, y un régimen alimentario estricto. No obstante, en los banquetes oficiales, para evitar alarmas, aparenta comer lo mismo que sus invitados. El primer año de gobierno transcurre en calma.
La salud del Presidente Ortiz empeoró progresivamente, quedando ciego completamente, por lo que presentó su renuncia definitiva al cargo de presidente 27 de junio de 1942.
Este año quedó inaugurada la nueva estructura de hierro con la que se renovó el puente que une el barrio porteño de Pompeya con la localidad bonaerense de Valentín Alsina, y que constituye una de las cuatro vías de acceso a la ciudad de Buenos Aires por el frente sur-sudoeste.
Al remozado puente se lo rebautizó como “José Félix Uriburu”, con la intención del actual régimen de reivindicar al militar que derrocó al presidente democrático Hipólito Yrigoyen.
Esta nueva denominación ha generado una fuerte resistencia, no sólo por tratarse de un ex presidente que accedió al poder por medio de un golpe de Estado, sino también porque el impulsor de la obra, el comerciante Enrique Ochoa, lo había denominado puente Alsina, en homenaje al ex gobernador Valentín Alsina, bajo cuya gestión se inició la construcción del puente en 1853.
Con motivo de cumplirse el cincuentenario de la muerte del prócer, el presidente Roberto Ortiz firmó el decreto para la creación del Museo Histórico Sarmiento. La iniciativa corresponde al Dr. Ricardo Levene, titular de la Comisión Nacional de Homenaje a Sarmiento y de la Comisión de Museos y Monumentos Históricos.
El lugar donde se instalará el museo es la antigua casa de la Municipalidad de Belgrano, que fue construida por el arquitecto Antonio Buschiazzo, y se inauguró el 8 de diciembre de 1872. En ella, el presidente Avellaneda y parte del Congreso Nacional sesionaron entre los meses de junio y septiembre de 1880, durante el enfrentamiento del Poder Ejecutivo y el gobernador bonaerense.
Carlos Tejedor. Concluida la guerra civil, se firmó allí la Ley de Federalización, por lo cual el edificio fue declarado Monumento Histórico.
Por iniciativa de su presidente, Ricardo Levene, la Junta de Numismática pasó a denominarse ahora Academia Nacional de Historia. La institución fue fundada el 4 de junio de 1893 por el ex presidente e historiador Bartolomé Mitre, quien fue su titular hasta su muerte, en 1906.
Lo sucedió Enrique Peña, quien le dio a la entidad su marco estatutario y una proyección más allá de su propio ámbito. Los sucesivos presidentes fueron perfilando y generando un vasto campo de actividades para la Junta, que se convirtió en referente principal en la disciplina en el país y en una de las más importantes en las naciones de habla hispana.Ahora que la entidad cuenta con un gran número de acuñaciones, publicaciones periódicas y diversos volúmenes sobre el pasado argentino, Levene modificar su denominación, más acorde a su actual actividad
El 28 de julio de ese mismo año la mansión en la que ahora se emplaza le fue asignada por decreto del presidente Roberto Marcelino Ortiz, a iniciativa del titular de la Comisión de Museos y Monumentos Históricos, Ricardo Levene.
La Academia de Medicina de Buenos Aires nombró este año al doctor Mariano Castex como director del recientemente creado Instituto de Investigaciones Físicas Aplicadas a la Patología Humana. La designación coincide con el homenaje celebrado por la misma institución a Castex, al haber cumplido 25 años como docente universitario.
Con la creación de este nuevo instituto, la Argentina reafirma su interés por la investigación de los estudios microbiológicos. Desde hace años funciona el Instituto bacteriológico, dependiente del Ministerio del Interior, abocado a realizar investigaciones sobre inmunidad, entomología médica, parasitología y la preparación de sueros y vacunas.
Por su parte, la Academia de Medicina también cuenta con un instituto especialmente dedicado a la investigación y el tratamiento del cáncer.
En nuestro país, la Circular 11, de carácter secreto, facultó a los cónsules argentinos para negar visas a los judíos que huyen del fascismo y del nazismo. Se encuadra en el decreto 8.972 del 12 de julio último, firmado por el presidente Ortiz, el ministro de Relaciones Exteriores José María Cantilo, José Padilla y Diógenes Taboada. Sin duda surge la pregunta: ¿qué condiciones hacen posible esa circular en un país cuya Constitución establece que está abierto a todos aquellos que quieran habitarlo?
En la República Argentina también se libran combates entre fascistas y antifascistas.
En ese sentido, cabe destacar que el 6 y 7 de agosto sesionó el Primer Congreso contra el Racismo y el Antisemitismo en el Concejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires. La estructura organizativa del Comité de la Capital Federal se abrió a las provincias y a otros países latinoamericanos.
Participaron numerosas fuerzas políticas, sindicales y la Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE). Por su parte, fascistas y nazis se pronunciaron en contra, apoyados por sus consulados, por simpatizantes locales, sectores de la prensa y una extendida red de instituciones. Parece ser que una de las verdades de este siglo XX es que las democracias opuestas a Hitler no se preocupan realmente por el exterminio. Tampoco se preocupan por la persecución de comunistas, sospechosos de izquierda y judíos. No obstante, hay grupos, sectores, individuos que sí lo hacen, en el mundo y aquí en nuestro país.
El 26 de mayo último, el club de fútbol River Plate inauguró su nuevo estadio, ubicado en el barrio de Núñez, con un encuentro ante Peñarol de Montevideo que finalizó 3 a 1 a favor de los locales. El flamante escenario tiene capacidad para 68 mil espectadores y cuenta con la particularidad arquitectónica de estar construido en forma de herradura, ya que no posee tribunas detrás de uno de sus arcos.
La construcción del estadio llevó tres años exactos y tuvo un costo de dos millones de pesos que se obtuvieron gracias a las gestiones del diputado Julio Noble, quien consiguió el crédito. Antiguamente el terreno donde ahora está el estadio estaba ocupado por el Hipódromo Nacional.
El gobierno impulsó dos leyes que establecen la conmemoración de dos nuevas fechas patrias, en homenaje a los próceres José de San Martín y Manuel Belgrano. A través de la normativa 12.387 el 17 de agosto pasó a conmemorarse el fallecimiento del Libertador, en tanto que por la Ley 12.361 quedó establecido el 20 de junio como la celebración del Día de la Bandera. A partir de ahora, ambos días pasan a ser feriados nacionales.
Con el claro objetivo de sacudir la conciencia adormecida de la cúpula del partido, la juventud de la Unión Cívica Radical organizó un Congreso Nacional en Córdoba que contó con representantes de 12 provincias y de la Capital Federal.
En la declaración final, los presentes sostuvieron que “las direcciones partidarias no son elegidas, pues, en función de problemas políticos, económicos o sociales, sino preferentemente, por motivos de índole personal, vale decir que no constituyen, en la mayoría de los casos, la expresión política de los afanes e inquietudes cívicas del pueblo”.
Además, el Congreso aprobó un conjunto de declaraciones políticas sobre derecho obrero, reforma agraria y política financiera; otra a favor de la Reforma Universitaria; una general sobre problemas económicos y sociales, y otra particular sobre el control de la actividad económica por parte del Estado.
El cónclave fue presidido por Moisés Lebensohn y contó con la presencia de dirigentes juveniles como Miguel Ángel Zavala Ortiz, Emilio Rojas de Villafañe y Ginés Peralta Serra.
El 10 de abril de 1938, con motivo de festejar la anexión de Austria a la Alemania nazi, una multitud se reunió en el tradicional estadio de Buenos Aires. Pese a las protestas y a la oposición de movimientos estudiantiles que fueron reprimidos por la policía, se llevó a cabo el acto nazi más grande fuera de Alemania del que se tenga registro.
La cita estaba prevista para las diez de la mañana de ese mismo 10 de abril. Media hora antes, las puertas del Palacio de los Deportes se abrieron para recibir una multitud de alemanes, austríacos y argentinos. Entre doce y veinte mil personas llegaron hasta las proximidades de Corrientes y Bouchard. Contaban con la venia de la jefatura de policía, que dos días antes había accedido al pedido de la comunidad austroalemana para realizar el acto", unos minutos después, en la Plaza San Martín, a pocas cuadras del mítico estadio, la Federación Universitaria Argentina (FUA) intentaba llevar adelante una acto de desagravio, que terminó con dos muertos, represión policial, heridos y disturbios.
También hubo personalidades de la política local, como el gobernador de Buenos Aires, Manuel Fresco –siempre señalado por sus vínculos nazis–, y su ministro, Roberto Noble (fundador del diario Clarín)", Carelli Lynch y Bordón describen en su libro y agregan: "A las diez y media en punto, un clarín resonó en el enorme recinto e interrumpió a la orquesta que interpretaba marchas patrióticas alemanas. Indicaba el comienzo formal del acto".
Las notas de los medios gráficos del momento, en tanto, difieren en su tono y en la extensión que le dan a un evento de tal magnitud. Una de las publicaciones que mayor cobertura brindó al hecho fue el diario Crítica, de la familia Botana, que desde comienzos de abril de 1938 fue detallando cómo eran las votaciones en las instituciones germanas, la oposición de los sectores políticos, la intervención del Poder Judicial que permitió el acto y la reacción de los estudiantes.
De hecho, en los días previos y también en la semana posterior, describió al evento como "acto nazista" al que concurrirían "los jefes nazis luciendo uniformes".
En una de sus crónicas, el diario cuenta que a dos periodistas no les permitieron ingresar "por ser de Crítica" y que entonces decidieron acceder, como el resto, pagando su entrada, que costaba 20 centavos. Según la crónica, el recinto estaba irreconocible.
Leónidas Barletta publica Conducta, revista cultural. Stefan Zweig da una conferencia en Radio El Mundo.
José Bianco es secretario de redacción de Sur, que publica el primero de sus números especiales: Defensa de la inteligencia. En Sabadomingo, César Tiempo plantea la situación de los judíos humillados y perseguidos. En poesía Baldomero Fernández Moreno gana el Gran Premio Nacional por Romances y seguidillas-, Carlos Mastronardi, el Municipal, por Conocimiento de la noche, Francisco Luis Bernárdez publica La ciudad sin Laura.
Con La rebelde, Antonio Sibellino inicia una serie escultórica dedicada a la Guerra en España; combina el neocubismo y el expresionismo en una obra de denuncia. Conciertos del violinista Zino Francescatti. Erich Kleiber estrena la Pasión según San Juan, de Bach, y Albert Wolff, que actuará durante quince años, dirige Werther, con George Thill.
Aparecen El Atlántico de Mar del Plata y la revista Estampa. Se inicia la productora EFA. En el festival de Venecia, Enrique Sussini obtiene una mención por La chismosa. Cine social: de Mario Soffici, Kilómetro 111. Marianito Mores compone Cuartito azul poco después se incorpora a la orquesta de Canaro.
Mundial de Fútbol de Francia: la Argentina no concurre, en desacuerdo con la sede designada; se impone Italia. Independiente, campeón; brillan Sastre, De la Mata y Erico. El uruguayo Héctor Suppici Sedes, con una cupé Ford, gana el Gran Premio del Sur A¬gentino, que llega hasta Río Gallegos; es campeón Ricardo Risatti, ganador del Gran Premio. En el Luna Park, ocho boxeadores argentinos ganan los títulos panamericanos. Alberto Lovell es campeón de peso pe-sado. Muere Justo Suárez. Romántico, de Uruguay, se adjudica el Carlos Pellegrini. El Yacaré Antúnez triunfa por segunda vez en la Estadística. Se inaugura el Hipódromo de San Isidro.
Butler se forma en París, en el postimpresionismo de Cézanne, Matisse y Van Gogh y se vuelca a la pintura plana. Vuelto a la Argentina, descubre los paisajes del Tigre, que le permiten plasmar su experiencia europea en la realidad local.
El ingeniero Juan Baigorri Velar hace llover. Especializado en petróleo, descubre que una de sus máquinas puede, en ciertas condiciones, provocar la lluvia. En Santiago del Estero realiza su primer milagro, constatado. En Buenos Aires, la prensa pone en primera plana al mago de Villa Luro, la gente lo aclama; pero los expertos dudan. Baigorri desafía al di¬rector del Servicio Meteorológico: hará llover el 2 de enero, y le manda un paraguas. Ese día se desata un temporal de lluvia y viento. Poco después, Baigorri repite su experimento en Carhué, donde la laguna se desborda. Pero, sorpresivamente, suspende sus experimentos y desaparece.
La vida de dos célebres bandoleros se cruza un día, en el Chaco. Juan Bautista Bairoletto, pampeano, aunque nacido en Santa Fe, viaja para conocer a Mate Cosido,. autor de algunos atracos célebres. Bairoletto, aunque retirado, prueba fortuna en el Chaco y asalta un establecimiento de La Forestal. Hay un muerto, puesto en la cuenta del local. Mate Cosido escribe a una revista para deslindar responsabilidades
Nostalgias santiagueñas es el primer éxito del conjunto folclórico de los Hermanos Ábalos: Napoleón Benjamín, Machingo; Adolfo Armando; Roberto Wilson; Víctor Manuel, Vitillo, y Marcelo Raúl, Machaco. Pronto instalan en Buenos Aires una academia, que es también una peña.
Juan Baigorri Velar y su máquina de hacer llover se presentó en las oficinas del Ferrocarril Central Argentino, con el fin de dar a conocer el aparato y que dieran fe de su eficacia. El gerente de la empresa le propuso que hiciera llover en Santiago del Estero, provincia que en ese momento atravesaba una de sus peores sequías en la historia. En noviembre de 1938, Baigorri viajó junto con un representante de la empresa, Hugo Miatello, a la localidad de Pinto. Según Miatello, cuando se encendió la máquina el viento cambió de dirección, se nubló y doce horas después se produjo un leve chaparrón. Baigorri continuó desarrollando un dispositivo de mayor potencia, y el 22 de diciembre viajó a Santiago del Estero capital, donde el gobernador le facilitó una instalación para la máquina. Tras 55 horas de funcionamiento, cayeron 60 milímetros de lluvia en la capital.
Hitler ya había amenazado con la guerra anteriormente ante la supuesta represión de que era objeto la población alemana de los Sudetes, donde los germanófonos son mayoría. Europa, que se halla en la antesala del conflicto, respira aliviada. Alemania recibe un territorio de 28.971,36 km2, con 3,69 millones de habitantes. Francia y Gran Bretaña consiguen un respiro ante la temida confrontación.
El Acuerdo de Múnich prevé que la retirada de las tropas checoslovacas se inicie el 1 de octubre. La ocupación de las regiones de predominio alemán comienza el mismo día. Otras regiones alemanas se irán ocupando escalonadamente hasta el 7 de octubre.
Un comité internacional fijará en qué zonas deberá llevarse a cabo un referéndum para decidir el trazado definitivo de las fronteras. El gobierno checoslovaco licenciará del ejército y la administración a todos los alemanes de los Sudetes que lo deseen y liberará a todos los presos políticos alemanes.
Chamberlain había intentado en dos visitas a Alemania evitar la amenaza de guerra por la cuestión de los Sudetes, ante un Hitler siempre seguro de sí mismo. El 15 de septiembre, en Berchtesgaden, ambos mandatarios habían estado negociando durante horas sobre la cuestión. Hitler había exigido una secesión de la región de los Sudetes y anunciado que, de darse otra salida, no se arredraría ante la guerra. Chamberlain, viaja de vuelta a Londres y obtiene el consentimiento del primer ministro francés, Daladier, para la confección de un memorándum en el que se propondrá la separación de los Sudetes bajo garantía de las nuevas fronteras por parte de Gran Bretaña. El 21 de septiembre, Praga accede «con amargura» a la decisión de las potencias europeas.
Entretanto, la prensa del Reich intensifica su campaña contra Checoslovaquia y los supuestos actos de terror contra la población alemana, basándose muchas veces en falacias. El 19 de septiembre se da en la Conferencia de la Prensa Alemana la siguiente consigna: «Se trata de demostrar que Checoslovaquia es una nación de bárbaros.» Todas las noches se producen tiroteos en la frontera germano-checoslovaca. El 1 de octubre, durante un golpe de mano del Cuerpo de Voluntarios de los Sudetes, apoyado por Alemania, mueren 110 checos y 52 alemanes.
Sobre la base del memorándum, Chamberlain viaja el 22 de septiembre a Alemania y topa con nuevas exigencias del canciller del Reich: el pacto de no agresión propuesto por Chamberlain entre Alemania y Checoslovaquia sólo podrá firmarse cuando se solucionen los problemas fronterizos entre Checoslovaquia y Hungría, y Checoslovaquia y Polonia. Hungría había reclamado el 20 de septiembre la llamada región carpatorrusa de Checoslovaquia. La insostenible situación en la zona fronteriza, así como las manifestaciones soviéticas con relación a un posible apoyo a Checoslovaquia, hacían necesario el desalojo de los Sudetes, como muy tarde, el 1 de octubre.
Las exigencias de Hitler provocan la reacción de las potencias europeas, que temen el estallido de un enfrentamiento bélico. Checoslovaquia es la primera en movilizarse, el 23 de septiembre. Al visceral discurso de Hitler el 26 de septiembre en el Sportpalast de Berlín, en el que reafirma su voluntad de llegar a una rápida solución de la cuestión de los Sudetes, siguen la movilización de Gran Bretaña y Francia. Mussolini da a conocer la de Italia un día más tarde. A iniciativa suya, las potencias aceptarán un encuentro en .Múnich.
Con el llamado «Anschluss» de Austria, Hitler anexiona su patria al Reich alemán, creándose así la denominación oficial de Gran Alemania. La población aclama a Hitler.
A las 5.30, el ejército alemán ocupa los pasos fronterizos de Austria. La gran mayoría de la población celebra la enxrada de los soldados alemanes en el país alpino.
El 12 de febrero, Hitler había llevado a cabo, junto al canciller federal austriaco, el socialcristiano Kurt Schuschnigg, la acomodación de la política exterior, militar, económica y de prensa, así como el nombramiento del nacionalsocialista Arthur SeyssInquart como ministro del Interior. Fracasó el intento de Schuschnigg de someter el acuerdo a un referéndum sobre la independencia de Austria a celebrar el 13 de marzo. Con la amenaza de la ocupación, Hitler obligaba a dimitir a Schuschnigg el 11 de marzo, y SeyssInquart se convertía en el nuevo canciller federal.
El apoyo de la población se explica por el deseo de liberarse de las estrecheces a que había sido sometida Austria en los tratados de paz de Versalles. Un referéndum celebrado el 10 de abril refrenda el «Anschluss» con una mayoría del 99,73% de los votos.
El régimen nazi se quita definitivamente la máscara ante los ciudadanos judíos. El acto de desesperación de un judío de diecisiete años sirve de excusa para las matanzas.
Como reacción por el asesinato del secretario de la delegación alemana, Ernst von Rath, perpetrado el 7 de noviembre por Herschel Grünspan en París, tropas de las SA (Secciones de Asalto) organizan acciones supuestamente espontáneas durante la noche del 10 de noviembre contra sinagogas y negocios judíos en todo el territorio del Reich.
A partir de listas previamente confeccionadas, ciudadanos de confesión judía, sin distinción de edad o de sexo, son sacados de sus camas sin contemplaciones, injuriados, maltratados y asesinados ante los ojos de una población mayoritariamente pasiva.
Hasta el 11 de noviembre, 91 judíos son asesinados y 26.000 encarcelados e internados en campos de concentración. Un primer balance habla de 191 sinagogas incendiadas y otras 76 demolidas, 7.500 tiendas y 171 viviendas destruidas.
El responsable directo de la «noche de los cristales rotos», tal como se conoce este pogromo, por la cantidad de escaparates destruidos, es el ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, quien la noche del 9 de noviembre, durante un discurso en Múnich, desvela la actitud de Hitler, según la cual no se tomarán medidas frente a ninguna manifestación espontánea contra los judíos.
En el marco de su lema “México para los mexicanos”, el presidente Lázaro Cárdenas del Río aplicó la Ley de Expropiación sobre las empresas petroleras instaladas en el país, en su gran mayoría de capitales estadounidenses. La decisión oficial surgió desde el momento en que las compañías petroleras se negaron a acatar el fallo de la Justicia a favor de sus trabajadores, a partir de un conflicto que afectó a ambas partes. En el decreto, el gobierno argumenta la nacionalización ante “la actitud asumida por las compañías petroleras negándose a obedecer el mandato de la Justicia Nacional que por conducto de la Suprema Corte las condenó en todas sus partes a pagar a sus obreros el monto de la demanda económica que las propias empresas llevaron a los tribunales judiciales”.
Una inédita histeria colectiva se produjo el 30 de octubre último, en los Estados Unidos, a partir del contenido del programa radial del actor Orson Welles en la cadena CBS.
Como lo hizo en anteriores emisiones, Welles se encargó de adaptar a la radio obras de teatro y literatura, en este caso La guerra de los mundos, de Herbert Wells. El actor comenzó a recitar las primeras líneas de la novela, pero bajo el formato de un falso noticiario. En él, Welles le da vida al profesor Pearson, de la Universidad de Princeton, quien anunció que se habían producido “explosiones de gas en el planeta Marte”. A eso le siguió la supuesta muerte de 1.500 personas a causa del choque de un meteorito contra la Tierra (Nueva Jersey), en realidad, el cilindro metálico en el que viajaban los marcianos. Se oían gritos, el reportero vociferaba. La atmósfera de la transmisión era de un realismo total. Los que no oyeron el principio del programa pensaron que un ejército marciano estaba invadiendo el mundo.
A partir de ahí se produjo una histeria en masa. Hubo quien se encerró en el sótano de la casa con pistolas. Otros se pusieron toallas mojadas en la cara para protegerse del gas venenoso de los marcianos. El programa provocó el terror de costa a costa, inundó de llamadas las comisarías de policía e incluso provocó algún intento de suicidio.
Cuando se reveló la verdad, muchos oyentes expresaron su indignación al sentirse engañados. Sin embargo, la magistral interpretación de Welles reveló el poder de una narración bien hecha
El actor Orson Welles puso al aire una creativa versión de una novela sobre marcianos y los oyentes creyeron que los extraterrestres estaban invadiendo la Tierra