La decisión de ordenar al general Manuel Belgrano, comandante del Ejército del Norte, retroceder hasta Córdoba en caso de un ataque masivo del Ejército Real del Perú confirmaba la escasa energía que imprimía a sus acciones bélicas, ya que se abandonaba al enemigo realista toda la Intendencia de Salta del Tucumán.
La noticia de la victoria patriota en la Batalla de Tucumán convulsionó a Buenos Aires, en momentos en que una asamblea, elegida a gusto del Triunvirato, nombraba a un nuevo Triunviro; en cualquier caso, la elección recaería sobre un hombre de confianza del ministro Bernardino Rivadavia, que dirigía la política del Triunvirato. En respuesta, y antes de que se confirmara la elección, estalló una sublevación militar.
El 8 de octubre, los coroneles San Martín y Francisco Ortiz de Ocampo reunieron sus tropas en la plaza principal y forzaron a la Asamblea a cambiar la totalidad del gobierno. Tras algunas negociaciones, se decidió consultar a los representantes del pueblo de la capital, los mismos que habían elegido a los representantes de la Asamblea, para que nombrara a los nuevos miembros del gobierno.
Estos tres candidatos fueron nombrados miembros del gobierno, en lo que se llamó el Segundo Triunvirato. Paso era el líder de un grupo político no bien definido, que había dirigido algunas manifestaciones contra el gobierno. Los otros dos eran notorios líderes civiles de la Logia Lautaro. Del nuevo gobierno no tomó parte ningún militar, para evitar que se creyera que era surgido de un golpe de estado.
Antes de tomarle juramento a los miembros del gobierno, se les impuso la obligación de convocar, a la mayor brevedad posible, una Asamblea General Constituyente en que estuvieran adecuadamente representadas todas las provincias, que declarara la independencia y sancionara una constitución.
El triunfo de Belgrano con el ejercito del Norte en Tucumán fue la batalla de la unión nacional, esto fue uno de los causante de la caída del PRimer Triunvirato