Todos
aquellos que han tenido la suerte de vivir en este barrio, sienten
una especial atracción por sus esquinas y casas tradicionales. Es
considerado uno de los más clásicos, ya que a través del tiempo
sus calles, personajes, clubes y diarios locales, se han encargado
de crear una verdadera comunidad en ese lugar.
Es un barrio
muy particular, muy heterogéneo; lleno de historia, de cultura,
de personalidad.
Cuenta todavía con
casas de una o dos plantas, con fachadas de diferentes estilos,
como " art decó", "art nouveau" y "academicismo",
algunas típicas neocoloniales, etc. que recuerdan el pasado glorioso
y rico del Flores de las quintas veraniegas. También conviven con
torres de departamentos, de todo tipo. Es un barrio lleno de sol
y de luces, con mucho movimiento de gente y mucha vida. Hace algunos
años se han declarado monumento histórico nacional la casa que ocupara
el escritor Marcos del Pont a mediados del siglo pasado. |
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Pasaje
Pesacdores |
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El
tradicional cine Rivera Indarte |
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Compadrón |
Compadrito
a la violeta si
te viera Juan Malevo que calor te haría pasar..." |
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Casa
de Robertro Arlt |
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Estación
de Tren con murales al fondo |
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Monumento
a Pueyrredoón |
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Muy famosa fue La
Paloma, de Culpina y Alberdi, donde se inspiraron payadores y poetas
nuevos sinónimos de bravura y de guapeza. Es allí donde Enrique
Cadícamo escribió su tango "Compadrón"
que se iniciaba con la famosa cuarteta:
El café Colón, frente
a la Plaza, sobre Artigas, fue concurrido por esas barras bravas
y esos poetas, entre ellos, Vedani, autor del tango "Adiós
muchachos". " El Café de las Orquídeas", en Artigas
y Yerbal centro de reunión de obreros y trabajadores que acudían
a distraerse con las cartas y el billar. Es en este café donde Roberto
Arlt, vecino del barrio, compuso gran parte de su famoso cuento
" El Juguete Rabioso".
En la conocida confitería
La Perla de Flores otro "vecino", Julio Cortázar, escribió
uno de sus mejores cuentos "Lugar llamado Kindberg".
Del barrio, era el
Chino Guichandut, y allí se inspiró para componer la música de grandes
tangos como Misa de Once y Melenita de Oro, dedicado este último
a su esposa, llamada Tesoro.
El periodista y escritor
Alejandro Dolina, hace una descripción muy buena del barrio en su
libro Crónica del Angel Gris. Fue de la zona, el famoso payador
Gavino Ezeiza, y también el no menos famoso Juan Moreira, cuyo verdadero
nombre fue Juan Gregorio Blanco. Por último y para poner un punto
final se recordarán a dos vecinos que honraron a Flores y que fueron
don Juan José de Soiza Reilly , redactor de la famosa revista Caras
y Caretas y don Baldomero Fernández Moreno, quien inmortalizó al
barrio con sus estrofas.
Desgraciadamente, el
progreso se convierte a veces en el peor enemigo de las tradiciones
y del sentir de un pueblo. Así aconteció con Flores, donde se empezaron
a vender sus quintas en lotes pequeños muy rentables por cierto,
que fueron canjeados por las añejas y queridas costumbres, esas
que no tienen precio.
Flores merece ser despedido
de una forma diferente a la de otros barrios, con un simpático poema
de Luis Cané que dice así: |