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Sublevación masiva de los indios en los Andes Peruanos que involucró al
actual territorio argentino.
En 1780, José Gabriel Condorcanqui, descendiente del Inca real, cacique de
Tungasuca, cerca del lago Titicaca, se convenció de que sólo la fuerza podía
aliviar a los indios de las represiones económicas de la mita y de los abusos
políticos de los corregidores; tomó el nombre del último emperador incaico,
Tupac Amaru I, que había sido asesinado en 1579 por el virrey Francisco de
Toledo y condujo a los indios en una gran sublevación que se extendió por toda
el área cordillerana y que representó una concreta amenaza al poder español
en toda Sudamérica; los virreyes de Lima y de Buenos Aires (involucrados porque
Bolivia era parte importante del Virreinato) enviaron tropas de inmediato. |
La rebelión fue sofocada en el Cuzco, y Tupac Amaru II, miembros de su familia
y otros líderes, fueron torturados y ejecutados. La revolución continuó en
las áreas fronterizas, por un período de dos años; las tropas enviadas desde
Buenos Aires por el virrey Vértiz y Salcedo, comandadas por el coronel José
Reseguin, ayudaron a pacificar el área de La Paz enfrentándose a las tropas
comandadas por Diego Tupac Amaru, hermano del líder.
El
18 de mayo de 1781, Túpac Amaru fue ejecutado en la plaza del Cusco
junto con su esposa y consejera, Micaela Bastidas.
Los cambios legales que se hicieron para corregir algunos de los abusos de los
sistemas de la mita y del corregidor, así como el severo castigo que se les dio
a los indios para tratar de eliminar su cultura y prevenir nuevas
insurrecciones, no afectaron demasiado a la Argentina, pero es interesante
observar que en el Congreso de Tucumán de 1816, una de las primeras formas de
gobierno propuesta para la nueva nación independiente se inspiró en la monarquía
Inca bajo una forma más moderna y constitucional. |