Nació en Harking
(Essex), Inglaterra, de ascendencia francesa hugonote y murió en
el mar, en viaje de América a Valparaíso.
Médico británico que jugó un papel prominente en
el movimiento de la independencia Argentina. Recibió una buena
educación general, especializada en el campo de la cirugía
y también en el estudio de la química.
Se embarcó con rumbo a Buenos Aires en diciembre del 1806, sin
haberse enterado de que la ciudad había sido reconquistada de manos
de los ingleses. Pasó en Montevideo el año siguiente, presumiblemente
ocupado en actividades comerciales y ayudando a las nuevas tropas británicas.
En enero de 1808 partió para Río de Janeiro, donde se vio
involucrado en el proyecto de Saturnino Rodríguez Peña (a
quien conocía) de llevar a Buenos Aires a Carlota Joaquina.
Al regresar al Río de la Plata, como correo para el proyecto, fue
detenido y acusado de alta traición. Encarcelado en Montevideo
y luego en Buenos Aires por el término total de dieciocho meses,
finalmente consiguió que Juan José Castelli se hiciera cargo
de su defensa, y poco tiempo después de la Revolución de
Mayo fue puesto en libertad por la Junta de Buenos Aires.
Paroissien acompañó a Castelli en la expedición libertadora
de Balcarce al Alto Perú y participó en la primera batalla,
en Huaqui, sirviendo como ayudante de uno de los comandantes de división,
además de cumplir con sus obligaciones de cirujano castrense y
director de los servicios hospitalarios. En Potosí ayudó
a Pueyrredón a evacuar la ciudad y transportar la riqueza del tesoro
real a manos patriotas. Como consecuencia de la recomendación de
Pueyrredón, Paroissien fue el primer ciudadano naturalizado por
el gobierno patrio (confirmado por la Asamblea de 1813). Permaneció
con el ejército en el norte, hasta ser designado director de la
fábrica de pólvora recientemente establecida en Córdoba.
En el transcurso de los tres años de actuación en ella (1812-1815),
Paroissien comenzó su colaboración con José de San
Martín, en el plan de este último para la liberación
continental, que fue tomando forma durante la convalecencia de San Martín
en Córdoba, en 1814. La explosión de la fábrica de
pólvora, en abril de 1815 hizo que Paroissien regresara a Buenos
Aires, donde integró el estado mayor general y fue designado, en
septiembre de 1816, para acompañar el batallón a Mendoza
como cirujano jefe para asumir la responsabilidad de los servicios médicos
del ejército de los Andes.
En la batalla de Chacabuco, Paroissien combinó nuevamente la función
militar con la de su profesión de médico, desempeñándose
como edecán del general Miguel Estanislao Soler; recibió
elogiosos conceptos del general San Martín por su meritoria actuación.
Fue miembro fundador de la Legión del Mérito de Chile, siendo
designado cirujano general del ejército chileno, por breve lapso
mantuvo un conflicto personal con el ex general napoleónico Michel
Brayer, que lo acusó de ineficacia y deshonestidad, pero que no
pudo presentar prueba alguna; Paroissien atendió las heridas de
O'Higgins, tras la derrota de Cancha Rayada; Samuel Haigh ha dejado un
vívido relato de los servicios prestados por Paroissien en el hospital
de campaña luego de la victoria de los patriotas en Maipú.
La breve nota del cirujano enviada a O'Higgins proporcionó a la
capital chilena la primera noticia de esa gran victoria.
Como resultado de sus acciones en Maipú, Paroissien fue Promovido
al grado de coronel, se le confirió la medalla de oro de Maipú,
otorgándosele asimismo un extenso predio en Mendoza. Como uno de
los principales ayudantes de San Martín, se embarcó con
la expedición libertadora con rumbo al Perú, en agosto de
1820.
Durante los cinco años siguientes, las actividades de Paroissien
estuvieron casi enteramente vinculadas con el Perú, primero como
colaborador muy íntimo de San Martín en la entrevista con
el nuevo virrey peruano, general José de la Serna, en la que se
hizo alusión a la posibilidad de establecer una monarquía
peruana independiente.
Al finalizar el año 1821, Paroissien y Juan García del Río
partieron hacia Europa en busca del reconocimiento de la independencia
peruana y con la misión de hallar al príncipe más
calificado. En ese momento Paroissien había llegado al punto culminante
de su actuación.
En los diversos proyectos británicos de minería que habían
sido planeados para Bolivia.
El 27 de abril de 1825 aceptó un cargo en la Asociación
de Minería de Potosí, La Paz y Perú para hacerse
cargo de la dirección de sus minas en Potosí. Luego de consultas
hechas con expertos europeos en minería, regresó a Sudamérica,
permaneció brevemente en Buenos Aires y luego fue a hacerse Cargo
de sus funciones en Bolivia recién independizada y económicamente
promisoria. Toda su suerte se desvaneció: la compañía
tuvo que ser liquidada; sus posesiones americanas se habían perdido,
con su salud quebrantada y financieramente arruinado.
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