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Gobernador y capitán
general del Río de la Plata (1770-1776)
Virrey del Río de la Plata (1778-1783).
Nació en Mérida de Yucatán, México, en donde su padre era gobernador
real; estudió en España; desde temprana edad, ingresó a la carrera
militar; intervino en varias campañas españolas, incluyendo las de
Italia y Portugal y había llegado a ser comendador de la Orden de
Calatrava antes de ser enviado al Río de la Plata.
Fue gobernador interino en 1770 y confirmado en 1771; durante los
siguientes doce años, con excepción del breve período en que se
estableció el virreinato con Pedro de Ceballos, Vértiz y Salcedo
estuvo a cargo del gobierno de Buenos Aires; durante este período
demostró ser mejor administrador que general; sus esfuerzos por sacar a
los portugueses del Uruguay y llevarlos de nuevo al Brasil fueron poco
satisfactorios y Ceballos, con su gran ejército, tuvo que terminar la
tarea; pero como gobernador civil español de la Argentina fue casi
inigualable. |
Sus reformas y logros, en
general como resultado de la política real, desarrollaron la economía
y la cultura de toda la región al tiempo que expandieron sus fronteras
defensivas, iniciando la colonización de tierras no habitadas,
incrementando la efectividad del gobierno y mejorando la calidad de
vida; durante su mandato, finalizó los arreglos para restablecer la
Real Audiencia en Buenos Aires.
Estableció intendencias en todo el Virreinato; fortaleció la economía
liberando el mercado y regulando las condiciones laborales; intentó
agrupar a los artesanos especializados en gremios; estimuló la
tradicionalmente importante industria minera (en especial en el Alto Perú);
fomentó nuevas industrias del salado de carnes; procuró el desarrollo
de la agricultura, en especial del cultivo comercia1 del índigo y del
lino para los cuales había un creciente mercado lucrativo europeo; se
interesó por la transformación de la ciudad de Buenos Aires en una
verdadera capital virreinal; limpió la ciudad, mejoró el suministro de
agua, instaló alumbrado en las calles, construyó una alameda a lo
largo del río, y estableció una plaza de toros en El Retiro.
Hizo levantar un censo de la ciudad y de la provincia que reveló una
población de 37.679 habitantes; tomó provisiones respecto a los
vagabundos, los huérfanos, las mujeres desamparadas o de mala vida, los
mendigos, etc.; restableció la Hermandad de Caridad (precursora de la
posterior Sociedad de Beneficencia); creó el Protomedicato para regular
el ejercicio de la medicina y para asegurar el porvenir de la salud pública
y de la preparación de médicos; su disposición ordenada de la riqueza
dejada por los jesuitas (expulsados en 1767) ayudó a financiar muchos
de estos esfuerzos.
Vértiz y Salcedo fue, en muchos aspectos, el primer gobernador real que
demostró interés en la vida cultural de la comunidad; estableció el
primer teatro en Buenos Aires, la Ranchería (1771); abrió el real
Colegio de San Carlos y quiso establecer una universidad (no la hubo en
Buenos Aires hasta después de la independencia); trajo la imprenta
jesuita de Córdoba a Buenos Aires y la instaló en la Casa de los Niños
Expósitos, proporcionando a Buenos Aires su primera imprenta; para la
creación de todas estas nuevas instituciones, Vértiz y Salcedo eligió
a criollos calificados (tal vez porque él mismo era americano) para
ocupar los nuevos puestos, junto con los españoles recién llegados.
Su obra se extendió a todo el virreinato; se reforzaron los fuertes en
Montevideo; la frontera india en Buenos Aires fue adelantada y mantenida
por nuevos poblados fortificados que más tarde se convirtieron en
ciudades como Chascomús, Monte, Rojas, Ranchos, Navarro; cumpliendo con
las órdenes reales de que la Patagonia debía ser explorada y defendida
de posibles intrusos europeos, el virrey envió varias expediciones a
las órdenes de Juan de la Piedra; Andrés y Francisco Viedma, y Basilio
Villarino que exploraron la costa hasta San Julián, el río Negro y el
río Colorado, y establecieron poblados como el de San José y Carmen de
Patagones; en el norte, Jerónimo Matorras condujo la expedición al
Chaco y la navegación se abrió en el Bermejo hasta Salta.
Vértiz y Salcedo reunió y equipó un ejército de dos mil hombres para
ayudar a sofocar la insurrección de Tupac Amaru II en los altos Andes
de Pertí y Bolivia (parte del Virreinato del Río de la Plata); el envío
del capitán Tomás Rocamora (1783) a la casi inhabitada región entre
los ríos Paraná y Uruguay para establecer poblados, en lo que hoy es
la provincia de Entre Ríos, tuvo consecuencias importantes para la
Argentina.
Fundó las ciudades de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del
Uruguay; en 1783 el virrey pidió ser transferido a España, y su
sucesor, Nicolás del Campo, marqués de Loreto, se hizo cargo; eximido,
debido a su excelente desempeño, de la habitual residencia, o revisión
judicial, de su mandato.
Entregó su gobierno a su sucesor en 1784 y regresó a España donde
murió luego de varios años. |