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Médico; oficial militar, figura
política; paleontólogo.
Nació en San Isidro, pago de Monte Grande; toda su vida se centró alrededor
de su interés por las acciones militares, la medicina y las ciencias
naturales, actividades que desarrolló en su mayor parte en Buenos Aires.
En 1807, siendo cadete, luchó contra los ingleses, pero pronto recibió
una herida que lo puso fuera de acción.
Mientras proseguía sus estudios en Buenos Aires, se hizo vehemente defensor
de la Revolución de Mayo y seguidor de Moreno.
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Asistió al Colegio
de San Carlos, estudiando bajo la dirección de José Leún Banegas; inició
luego sus estudios de medicina en el instituto de Cosme Argerich, completándolos
en la recién fundada Facultad de Medicina de la Universidad, en 1824.
Poco después comenzó a desempeñarse como médico del ejército, en Chascomús,
cumpliendo servicios especiales relacionados con el uso de sueros para
vacunas, mientras ejercía allí hizo algunas observaciones acerca del
ganado vacuno que posteriormente, resultaron provechosas; sus notas
concernientes a la degeneración y disminución -en número- de la vaca
ñata (vaca con el hocico aplastado o deformada) fueron utilizadas más
tarde por el naturalista Carlos Darwin.
Su descubrimiento de las "ampollas espontáneas" en las ubres
de muchas vacas, hizo que se comunicara, más tarde con la sociedad británica
Jenner, pues sus observaciones lo condujeron a teorías un tanto diferentes
de las adelantadas por el Dr. Jenner en sus estudios sobre vacunación.
Sus propios experimentos con vacunas le permitieron frente a la prohibición
dictada por Rosas de importación de vacunas (1838) por razones económicas,
producir una satisfactoria vacuna Argentina, de modo que la salud pública
no sufriera detrimento. En 1828, luego de haber ejercido con distinción
el cargo de cirujano jefe en el ejército, durante la guerra con Brasil,
Muñiz aceptó la designación de Dorrego, como oficial médico en Luján,
y dos años después Rosas agregó otros deberes militares a este nombramiento;
los veinte años de labor transcurridos en Luján se cuentan entre los
más fecundos de la vida de Muñiz, pues halló tiempo para continuar sus
investigaciones en el campo de la paleontología, higiene y climatología
de la provincia de Buenos Aires.
El Dr. Muñiz ganó reconocimiento internacional; actuó como nexo entre
Manuel de Torres que ya había descubierto la riqueza de los depósitos
fósiles de Luján, y Burmeister y Ameghino que habrían de estudiarlos
más adelante con gran amplitud; Su primera y enorme colección fue cedida
al gobierno argentino.
En 1848 el Dr. Muñiz se trasladó a Buenos Aires y ejerció la cátedra
en la Facultad de Medicina de la Universidad (tres veces con el cargo
de presidente), comenzando a asumir un papel más activo en la vida pública;
ofició de juez en el tribunal médico.
En 1859 fue designado cirujano jefe del ejército en operaciones, siendo
gravemente herido y capturado en la batalla de Cepeda; fue diputado
y senador en la legislatura de Buenos Aires en diversas oportunidades,
entre los años 1853 y 1863.
Fue asimismo miembro de los congresos de 1853 y 1860 para la reforma
constitucional; no obstante lo avanzado de su edad y sus responsabilidades
profesionales, ofreció inmediatamente sus servicios en la guerra del
Paraguay y estuvo en Paso de los Libres y en la rendición de Uruguayana;
permaneció en Corrientes, como director de los servicios hospitalarios,
basta 1868; al año siguiente se retiró por completo de sus actividades
pero en 1871, cuando Buenos Aires fue devastada por una violenta epidemia
de fiebre amarilla, se hizo presente una vez más, como médico, contrajo
la enfermedad y falleció.
Entre otras contribuciones de Muñiz ha de mencionarse el hecho de que
su interés por las vacunas hizo que se convirtiera en el primer médico
argentino que experimentó con el uso de las vacunaciones para las enfermedades
de la piel; como el campo especial de su enseñanza incluía la obstetricia
y los problemas de salud de mujeres y niños, publicó obras tales como
un libro sobre la fiebre escarlatina y el primer artículo argentino
(1864) referente a obstetricia clínica; publicó asimismo estudios de
temas tan diversos de historia natural como Voces usadas con generalidad
en las repúblicas del Plata, la Argentina y la Oriental del Uruguay;
una descripción científica del terremoto en las pampas argentinas, el
19 de Octubre de 1845; y el mejor estudio que jamás se hiciera hasta
ese momento sobre el ñandú: "rhea" o avestruz de las pampas.
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