El doctor
Enrique Martínez nació en la ciudad de Córdoba en 1887. Es hijo de don
Rogelio Martínez, español, radicado en esa provincia de muchos años atrás.
Estudió en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo en 1910 el grado de
doctor en medicina. Dedicado al ejercicio de su profesión y a la cátedra,
que dictó en la Universidad de su ciudad natal, dirigió los hospitales San
Roque y Español, de la misma.
Solicitado por la política lugareña, desempeñó los cargos de concejal
municipal y diputado a la legislatura, siendo electo en 1916 diputado al
Congreso Nacional. Su actuación en los cargos electivos fue prudente y
discreta. Ganaba prestigio en las filas populares por la firmeza de sus
convicciones partidarias y por su desprendimiento. En 1926 sus
correligionarios del partido radical levantaron su candidatura para
Intendente Municipal de la ciudad de Córdoba, en contraposición a la del
ingeniero Emilio Olmos, la personalidad más prestigiosa en el orden local
del partido demócrata, antagonista tradicional del radicalismo. Martínez
fue vencido en esa elección, pero su nombre resultó más tarde ungido par
ala candidatura a la gobernación, en 1928, en vísperas de las elecciones
presidenciales de ese año. Triunfó por gran número de votos sobre la
candidatura demócrata del doctor Julio A. Roca, y asumió el gobierno de su
provincia el 17 de mayo de ese año.
El fallecimiento del Dr. Beiró, vicepresidente electo, determinó su
designación por los colegios electorales, según queda dicho en otro lugar,
resignando entonces el gobierno de Córdoba para sumir el cargo de
vicepresidente de la República y presidente del Senado Nacional el 12 de
octubre de 1928. De ahí pasó a ejercer por pocas horas la primera
magistratura, entre los días 5 y 6 de septiembre de 1930, debiendo afrontar
las contingencias de la revolución que lo depuso en esta última fecha. A
partir de entonces, el doctor Martínez, se alejó de toda actividad política,
habiéndose radicado en Córdoba para entregarse al ejercicio de su profesión. |